De entrada el Cuarteto op. 41 nº 3 en la mayor de Robert Schumann, obra de compleja estructura armónica que el conjunto catalán edifica con decidido empeño y sobresaliente resultado en el doble plano expresivo y técnico, como lo demuestra el segundo movimiento, Assai agitato, en donde resulta palmaria la encendida vehemencia interpretativa. Una honda poesía expresiva subyace en el Adagio molto, de línea muy refinada y sonido compacto, antes de la renovada pasión que insuflan al saltarín Finale. Allegro molto vivace, sin perder ni un ápice la virtuosa rítmica del discurso, que deja atrás las brumas del siempre problemático primer movimiento.
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