Llegó por sorpresa. Debió ser una especie de telepatía porque desde que lo había visto en el catálogo de novedades de la editorial me había llamado la atención y había anotado con mucho interés la fecha de publicación y unos días antes de ésta mi deseo se vio cumplido e inmediatamente me embarqué en su lectura. Hoy os hablo de El Cuarto Mono.
Mi opinión
En Chicago un hombre es atropellado por un autobús, el conductor insiste en que ha sido un suicidio, el sujeto se tiró directamente delante de él en un cruce. Ciertamente todo apunta a ello por lo que la policía poco tendría que hacer en el asunto si no fuera porque junto a su cadáver se ha encontrado una caja con una oreja dentro, justo la seña de identidad de un asesino en serie, apodado el Cuarto Mono, que desde hace cinco años aterroriza a la ciudad. Secuestra a sus víctimas y envía a sus familiares tres cajas, la primera de ella con una oreja, la segunda con los ojos, la tercera con la lengua. Sam Porter, el detective que lleva años tras él, será el encargado no solo de esclarecer la muerte de este hombre anónimo, sino de encontrar al propietario de esa oreja amputada e intentar salvarle la vida porque de lo que no cabe duda es de que en algún lugar hay alguien retenido en contra de su voluntad y el tiempo no juega a su favor.
Comienza así una novela que alterna la narración de la investigación policial, que se desarrolla en unos pocos días, con una segunda voz en primera persona a través de un diario que la víctima llevaba consigo en el momento del atropello y en el que narra su niñez. Ambas tramas ocupan aproximadamente el mismo espacio y si bien la del presente me ha resultado interesante y amena, la del pasado me parecido lo mejor de la novela, con una tensión creciente y con una atmósfera asfixiante y opresiva que traspasa las páginas contagiando al lector con su oscuridad y maldad. Es en esta parte también donde los personajes más me han convencido porque se han ido mostrando poco a poco y evolucionando de una aparente normalidad hasta un horror que ha llegado a ponerme los pelos de punta. Entre estas dos tramas, ocasionalmente el autor incluye una tercera línea de capítulos narrados también en primera persona en la voz de la joven que está sufriendo el cautiverio. La alternancia de la trama principal con estas subtramas confiere una agilidad y un ritmo a la novela que no dejan de crecer para, por momentos, llegar a ser trepidante, porque si algo sabe hacer el autor es cortar un capítulo y pasar a la siguiente trama en el momento más álgido de la narración, haciendo caer así al lector en esa trampa mortal que siempre supone decirse a uno mismo que solo un capítulo más y lo dejas.
El minucioso dibujo de una mente enferma, compleja y aterradora es lo que nos ofrece J. D. Barker en esta novela que ha construido a partir de la leyenda de los tres monos sabios de Toshogu, un pueblo de montaña al norte de Tokio. Mizaru, Kikazaru e Iwazaru, son sus nombres y significan literalmente no ver, no oír, no decir. Aunque no se especifica el qué tradicionalmente se ha entendido como «No ver el mal, no escuchar el mal y no decir el mal». Tres monos a los que el autor añade un cuarto: no hacer el mal. Así se articula una novela que capta la atención del lector desde las primeras páginas con un asesino despiadado y unos investigadores que no saben por dónde empezar a buscar. Un estilo directo, una prosa funcional, abundancia de diálogos y capítulos de corta extensión hacen el resto para que El Cuarto Mono sea una de esas novelas que prácticamente se devoran hasta un final satisfactorio que a pesar de cerrar la trama y contestar nuestras preguntas, deja la puerta abierta a lo que seguro será una segunda entrega.
Un asesino que mata a inocentes para castigar a culpables, un razonamiento que solo podremos entender conociendo al ejecutor desde su infancia a través de ese diario que, como os he comentado anteriormente, para mí ha sido lo mejor de la novela. Con él, el autor nos lleva a conocer de primera mano todos los hechos que han convertido al niño de ayer en el hombre de hoy a través de un relato espeluznante de pura maldad gratuita que en determinados momentos me ha dejado sin aliento no solo con los hechos, sino especialmente con la amoralidad y el desprecio total por la vida humana que se desprende de sus páginas.
En definitiva, El Cuarto Mono es un thriller con el que J. D. Barker invita al lector a descifrar la mente de un asesino mientras asiste a una frenética carrera contrarreloj que estoy segura disfrutaréis. Una novela perfecta para estos tiempos de sol y chapuzones que ya andamos disfrutando.