El cuarto mono - j.d.barker

Publicado el 03 enero 2019 por De Lector A Lector @deLectorALector

NUESTRA OPINIÓN...

Empecé este libro con expectativas muy altas. Muchas han sido las opiniones que he leído sobre él, la gran mayoría muy buenas, y muy buenas calificaciones tenía por lo que no esperaba equivocarme en la elección.
El cuarto mono, como se nos relata casi al comienzo de la novela, es un asesino en serie que lleva ya varias víctimas siguiendo el mismo modus operandi: secuestra, envía una oreja, días después los ojos, posteriormente la lengua y finalmente mata a sus víctimas y las abandona en algún lugar. Este asesino no busca dinero, no hay manera de salvar a sus víctimas más allá que la desesperación de la policía por encontrarlas antes de que aparezca el cadáver, sólo busca que las familias de las víctimas sufran como castigo por algo que han hecho en su vida.
Tengo que decir que esta temática no me sorprendió, son ya varias las novelas que he leído con este patrón: asesino que en realidad no tiene nada en contra de la víctima sino de la familia y que pretende hacerla pagar con el dolor de ver sufrir a alguien a quien quiere. En cambio, en este caso, parece que el libro tiene una vuelta de tuerca más ya que, también en las páginas iniciales, el que parece ser el cuarto mono y por lo tanto autor de tanta muerte, ha sido atropellado por un autobús cuando se dirigía a enviar una de sus cajas con regalo. ¿Ha sido realmente atropellado?¿Se ha suicidado?¿Es su propia muerte un escenario totalmente preparado y listo para dar un mensaje a la policía? Y sobre todo, ¿dónde está escondida su última víctima? Aquí comienza la verdadera historia de El cuarto mono, una carrera contrarreloj de la policía por encontrar a la última chica secuestrada. 
Como os imaginaréis el hilo principal de la historia es el que os he contado pero, entremezclado en los capítulos, nos encontramos con la historia del asesino en forma de diario, un diario que se encuentra entre las pertenencias del cadáver atropellado. Ese diario, según el propio asesino cuenta, dará a la policía las claves para entender quién es él y qué le ha llevado a ser lo que es y a hacer lo que hace. Nosotros, igual que la policía, iremos conociendo poco a poco los pasajes de ese diario que nos dan cuenta de la vida del asesino cuando era un niño relatada en primera persona. Estas partes, quizá para mí son las más originales y las que realmente aportan algo diferente a la novela. Aún habiendo escenas bastante desagradables, me ha gustado esa parte en la que el autor trata de explicarnos porqué el asesino hace lo que hace, su infancia y sus motivaciones.
Como buen thriller, El cuarto mono tiene un ritmo que no decae en ningún momento aunque es cierto que yo noté un acelerón importante en la segunda mitad del libro, para mí mucho más dinámica que la primera. Además, la novela cuenta con algunos giros importantes que te hacen replantearte, casi al final, toda la historia de nuevo, lo que le imprime un plus a la intriga y en el deseo de avanzar entre sus páginas.
Sí que tengo un pero en esta novela y es que en más de una ocasión ha habido escenas que me han parecido demasiado escabrosas. Los que nos seguís sabéis que no somos demasiado sensibles con estos temas y que novelas como las que nos ofrece Gellida y que son crudas en algunas escenas las tenemos más que superadas pero, en esta ocasión, ha habido algunos pasajes que a mí personalmente me han resultado demasiado del género gore, al ser muy visuales.
En cuanto al resto de personajes, como los investigadores Sam Porter, Nash, Clair, Kloz.... tampoco me han parecido demasiado reseñables. Cumplen su función y tenemos al ya mítico inspector, en este caso Porter, con un pasado marcado por un hecho oscuro que también iremos descubriendo a lo largo de la novela, nada nuevo cuando lees mucho en este género.
En general, El cuarto mono, ha sido una lectura que me ha gustado, que mantiene el ritmo y que recomiendo sobre todo a los lectores que les gustan las novelas muy negras. Además, a pesar de que la novela queda más que cerrada sí que deja una puerta abierta a una posible segunda parte.

FICHA DEL LIBRO