"Ni siquiera los mejores cuentos de Navidad pasaban de ser sueños fantasiosos, cuentos de hadas para adultos, y yo jamás me permitiría escribir nada que se le pareciera."
Érase una vez un escritor que recibió el encargo de escribir un cuento de Navidad. "¿Qué sabía yo de la Navidad?", se preguntaba. Decidió arriesgar, ser él mismo, dejar su huella en la narración, nada de la sensiblería típica en estas fechas de las que muchos disfrutamos. Sucedió que el autor huyó de los ángeles, de las visitas divinas, de las hadas, de los fantasmas y los diversos espíritus navideños.
Para su encargo, mi querido "escritor platónico" recurrió a Auggie Wren (el personaje que posteriormente daría lugar al guión y a la película "Smoke"), el dueño de un estanco sito en Brooklyn, un peculiar fotógrafo que inmortaliza el paso del tiempo haciendo fotos de la misma esquina de la calle todos los días a la misma hora. Será él el que nos cuente una anécdota acecida en su vida años atrás, en Navidad. Para ello, la narración se acompaña de preciosas ilustraciones de Isol Misenta.
**Ayer hizo un año que conocí personalmente a Cuentalibros. Este libro fue el primer regalo que me hizo (me lo dio sin envolver, pero bueno). Gracias, por todo.