El cuento número trece. Diane Setterfield

Publicado el 13 agosto 2010 por Carmina

Me encontré con una delicatessen literaria, un placer para los sentidos que se paladea y se disfruta con todos y cada uno de ellos. Al tenerla en las manos con esa encuadernación clásica en rojo, quedaría más exacto en burdeos, esa portada con la ilustración de libros antiguos, el papel de damascos que cubre las caras interiores de las tapas, esa cinta roja ancha, para marcar el punto de lectura y ese papel como envejecido que contiene la historia, la mente te juega una mala pasada, es como estar ante un espejismo, crees estar leyendo una novela decimonónica, en lugar de una novela contemporánea.
Está planteada como un homenaje a la literatura y autores de este periodo, en el que Jane Eyre tiene un protagonismo especial, del que no escapan las hermanas Brönte y otros exponentes literarios del s.XIX. Para muestra un botón de los muchos que pueblan el libro.
"Cumbres borrascosas chocó con Emma, que cedió paso a Los diamantes de Eustace, que se desvaneció en Tiempos difíciles, el cual se hizo a un lado ante La dama de blanco".
La lectura es ágil. La autora nos atrapa en una tela de araña que sigue el esquema clásico, presentación, nudo y desenlace, que tan sólo se ve un poco alterado por la curiosidad de una de las protagonistas. En un primer momento me impactó el no ser capaz de establecer los personajes principales y los secundarios, puesto que estos según en que fase de la historia se encontraran tomaban tanto protagonismo que las líneas que los separaban se diluían. Sin embargo al final establecí como protagonistas a Margaret Lea, a Vida Winter y a las gemelas Angelfield. Este hecho lejos de entorpecer mi lectura le imprimió ritmo, agilidad y frescura a la narración.
El cuento número trece se desarrolla en dos tiempos verbales, el presente en el que una anciana escritora de éxito, cansada de inventarse una vida para huir de aquella que le toco en suerte, decide que es el momento de contar la verdad, para ello pide la ayuda de una librera de viejo, escritora ocasional de biografías de personajes históricos secundarios, una autentica rata de biblioteca y de archivos históricos, mortificada por un secreto. La aceptación del encargo por parte de esta despierta al fantasma que la acecha y emprende una huida de si misma hacia ninguna parte.
El tiempo en pasado es la historia que narra la anciana, que en ciertos momentos se cuenta en tercera persona y en otros en primera, hecho que desconcierta a la biógrafa y al lector y que sin embargo conforme avanza esta termina encajando. Cada pieza tiene su lugar como un engranaje de relojería que solo es visible al terminar la novela.
Tampoco se desarrolla en un único escenario, la autora nos describe con guante blanco los distintos lugares, la librería de viejo, por la que pareces estar paseando, la habitación de Margaret sobre ese escenario para ella bucólico, la casa de la escritora Vida Winter y las distintas estancias por las que se pasea Margaret, la casa de Angelfield que se describe con profusión en la historia que narra Vida Winter y también como la encuentra Margaret en su visita y cada lugar te impregna de su magia y misticismo.
Muchos de los fragmentos de esta novela hicieron que me reflejara en un espejo de proporciones descomunales, es tanta la pasión por los libros que destilan sus páginas que las devoraba casi sin darme cuenta de que cuanto más rápido avanzaba, más veloz se escurría la historia entre mis dedos. A lo largo de la narración a la biógrafa le asaltan preguntas e inquietudes que traslada al lector, muy habilidosa esta estrategia por parte de la autora, estas van siendo respondidas en su preciso momento, y el dolor que siente la anciana al dejarlas ir de ese lugar en las que las había confinado, parece redimirla de todo el daño que cree haber causado.
Para mi es un novela indispensable para todo amante de la letra impresa. Es una de esas obras que deja poso durante mucho tiempo después de haberla abandonado. El siglo XIX fue muy fructifero y tiene autores muy notables, tengo que reconocer mi ignorancia acerca de algunos de ellos, sin embargo otros si que los conozco y he leído alguna de sus obras. Esta era una de mis lecturas pendientes, hacia más de dos años que estaba en mi lista, sin embargo se colaban otros libros que me han gustado mucho menos, ahora solo lamento no haberla acometido antes. Solo un pero, me ha decepcionado la explicación del cuento número trece, que da titulo al libro, quizás se me haya quedado algo en el tintero al leerlo... asi que si alguien ha encontrado una explicación satisfactoria y quiere compartirla por favor que marque el spoiler para no aguar la lectura a quien tenga pensado disfrutarla y no lo haya hecho todavia.