Volvemos con información muy interesante para seguir formándote en el sector del vino. Hoy queremos explicarte qué es el cuerpo del vino, algo que si has ido a catas de vino o simplemente has pedido una copa en un restaurante habrás escuchado muchas veces.
“Este vino tiene mucho cuerpo” “Tiene cuerpo medio”
Pero, ¿qué significan estos comentarios? ¿hablan de la calidad del vino? ¿Un vino con ligero podrá ser bueno? Hoy te respondemos a estas preguntas y alguna más. ¿Quieres enterarte? ¡Sigue leyendo!
Un vino con poco cuerpo o extracto no es un vino de inferior calidad en comparación con uno que tenga mucho. En realidad, este es solo una de las muchas características que tiene un vino, así que el trabajo de las bodegas y enólogos que lo elaboran será poder equilibrar todas estas características, donde lo incluimos.
El cuerpo del vino, en realidad, se refiere a la estructura de este, o sea, a la concentración de sabores y taninos que tiene. Cuanta más estructura y taninos, mayor será el cuerpo de nuestro vino.
Para saber cómo es el vino que te estás tomando tendrás que examinar el sabor de este. Los vinos afrutados y ligeros son vinos con poco cuerpo, en el otro extremo encontraríamos los vinos con mucho cuerpo, que son los que nos llenan el paladar con un sabor lleno de matices. Dentro del espectro, podemos encontrar vinos con un cuerpo medio, que son vinos difíciles de reconocer y definir, ya que sus características no son tan extremas.
¿Qué es lo que define el cuerpo del vino?
Esta característica está definida, en gran medida, por la uva con la que se elabora el vino en cuestión. Por ejemplo, las uvas Cabernet Franc, Pinot Noir o Garnacha son uvas que producen vinos con un extracto ligero. En el otro extremo, encontramos las uvas Merlot o Sauvignon que nos darán vino con mucho de este extracto, gracias a los taninos que aportan.
A partir de ahora, cuando tomes una copa de vino, párate a saborear su textura y definirlo. Te sorprenderá lo que eres capaz de identificar 😉