Bajo el mandato de su actual presidente, el socialistas José Felix Tezanos, el CIS está siendo más sectario parcial y descarado que en toda su historia anterior, hasta el punto de que está enfureciendo a los demás partidos políticos y a buena parte de la ciudadanía, indignada al ver como Pedro Sánchez, sin frenos ni prudencia, pone a su servicio cualquier instrumento del Estado, incluyendo las encuestas, que deberían servir para proporcionar información veraz a los ciudadanos, violando así las reglas de la democracia y tal vez algunos principios constitucionales.
Vox ha amenazado en redes sociales con denunciar a José Félix Tezanos por "burda utilización y manipulación del CIS al servicio del PSOE". Así lo ha anunciado el presidente del partido, Santiago Abascal, según el cual "Tezanos debería ser procesado. De momento, nosotros llevaremos ante la Junta Electoral la burda utilización y manipulación del CIS al servicio del PSOE".
Ante la indignación general y la burla frente al comportamiento del CIS, el PP y Ciudadanos piden que deje de hacer encuestas para ayudar al PSOE, mientras cientos de expertos arremeten contra la poca profesionalidad tendenciosa del centro porque, según dicen, la institución pública que sondea y mide lo que piensan los españoles, miente y realiza su trabajo para favorecer al PSOE gobernante, un comportamiento sectario, parcial y probablemente contrario a la Constitución que degrada a España y al propio centro sociológico.
El CIS ya fracasó ostentosamente en las encuestas que realizó en Andalucía antes de las elecciones, el las que aparecía el PSOE de Susana como claro ganador con mayorías suficientes para gobernar, algo que después quedó desmentido por los resultados reales.
Los expertos creen que los brillantes resultados que el CIS atribuye a Pedro Sánchez para las elecciones del 28 de abril tienen como objetivo ganar ese voto útil que favorece siempre a los ganadores y, además, ocultar la catástrofe que se cierne sobre el PSOE, al que buena parte del electorado quiere castigar por sus alianzas de gobierno con los partidos más rechazados por la ciudadanía española, aquellos que son nacionalistas radicales, golpistas, proetarras y claramente totalitarios.
El barómetro de febrero realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pronostica una rotunda victoria del PSOE en las elecciones del 28 de abril. La encuesta ha sido realizada entre los días 1 y 10 de febrero, antes de que Pedro Sánchez hubiera anunciado su intención de disolver el Parlamento para convocar elecciones. Según la encuesta, el Partido Socialista obtendría el 33,3% de los votos, muy por encima del Partido Popular, segunda formación en apoyos y que obtendría el 16,7% de los votos. También otorga una bajada a VOX, cuando el resto de las encuestas sitúan a ese partido en ascenso.
Al dar a Sánchez como ganador seguro, el socialista Tezanos no sólo prostituiría la verdad, sino que desmoralizaría a los adversarios de su partido, beneficiándolo claramente en una campaña donde los medios públicos están obligados a ser neutrales.
En nuestra opinión, el comportamiento del CIS, claramente parcial y sectario, no sólo viola las reglas de la democracia y, probablemente, también la Constitución, sino que envilece todavía más la política y demuestra el alto grado de perversión de un sistema urgentemente necesitado de reformas y nuevos controles que ayuden a la regeneración y a la calidad de la democracia.
Francisco Rubiales