Esta acción se convirtió en una costumbre ya se sabe la tendencia escatológica de las personas de tal manera que incluso a quienes visitaban la ciudad se les recomendaba tocarle el culo de modo que, si así lo hacían, nunca más abandonarían la ciudad o, si lo hacían, volverían con toda certeza.
Con el paso del tiempo, la costumbre fue cambiando cuando, en lugar de tocarle el culo, alguien comenzó a besárselo. Y como demasiadas veces tendemos a imitar lo que vemos del resto, al cabo de poco tiempo todo aquel que pasaba por la calle se acercaba a ella para besarla.
El paso de los años no ha acabado con la costumbre. El hostal desapareció y la columna se desplazó a su lugar actual, frente a la iglesia de Sant Fèlix. Ahora, a diferencia de lo que pasaba en su antigua ubicación, es necesario subir unas escaleras para cumplir el ritual con facilidad.
Por tanto, antes de acabar vuestro paseo, no olvidéis hacerlo. Si no sois de Girona, esta es una buena forma de garantizar vuestra próxima visita.
Tanto arraigó este gesto, que incluso a los que visitaban la ciudad se les recomendaba tocarle el culo de forma que, si así lo hacían, nunca abandonarían la ciudad o volverían con toda certeza. Con el paso del tiempo, la costumbre fue cambiando cuando, en lugar de tocar el culo, a alguien se le ocurrió besarlo, lo que se convirtió en la nueva tendencia al poco.
Finalmente, el hostal desapareció y la columna original se desplazó en el Museo de Arte de Girona en 1985, de la que se hizo una copia que se situó a los pies de la escalera de la iglesia de San Félix, un punto estratégico del casco antiguo de Girona.