Características y exigencias
Planta exigente en cuanto al terreno, que requiere suelos frescos y fértiles. Es una de las variedades de la misma especie que se cultiva por sus raíces carnosas (bajo el nombre de apionabo). El apio produce hojas anchas con pencas carnosas y comestibles.
Siembra y plantación
La siembra puede hacerse cuando el terreno se haya calentado al menos a 10 º C, por lo que se realiza desde comienzos de la primavera hasta casi iniciado el verano, dependiendo de las zonas.
Las semillas deben enterrarse de manera muy somera, a menos de medio centímetro de profundidad, cubriéndolas de tierra fina. Las plantitas nacerán al cabo de unos 20 o 25 días. Cuando alcanzan desarrollo suficiente, se las trasplanta a las hileras definitivas, dejando un marco de 20 por 30 cm.
Extraer las plantas jóvenes del vivero o el plantel tirando de ellas. Se puede romper o lesionarse internamente. Hay que extraerlas con ayuda de un instrumento (basta una cucharilla).
Cultivo y recolección
Hay que ir eliminando las malas hierbas que crecen alrededor de las plantas y no descuidar los riegos, sobre todo en tiempo seco, cuando deberán ser abundantes.
Al acercarse el momento de desarrollo pleno se procederá al blanqueado. Esta operación se realiza colocando un cartón u otro material alrededor de los tallos para que no les dé la luz y adquieran así una coloración blanca (que les vuelve comestibles), o bien apilando tierra (sola o mezclada con paja) a su alrededor. Este segundo método es más trabajoso y requiere más espacio, pero las pencas que se obtienen son mayores y más blancas.
Dejar los apios durante algún tiempo después de finalizado el blanqueado (unas tres semanas), pues se estropean con facilidad. Hay que consumirlos con rapidez.
El apio se recolecta completo o bien por hojas a medida que se van necesitando. Es una hortaliza que puede congelarse muy bien para disponer de ella durante todo el año.
Posibles problemas
Si los riegos son escasos o la planta experimenta un periodo de sequía, las pencas pueden volverse correosas. Una enfermedad carencial que pueden presentarse es la ausencia de boro, que se observa por la aparición de manchas negras sobre las hojas. Aplicando este elemento con el agua o al abonar, se evita el problema. Las manchas negras, si aparecen en otoño, suelen deberse a una infección con hongos (septoriosis), que es una de las principales enfermedades que atacan a esta hortaliza.