El culto a María Lionza, religión, espiritismo y leyenda. Tríptico de María Lionza por Basilio Rodríguez Cañada.

Publicado el 17 abril 2024 por Nerysantosgomez

TRÍPTICO DE MARÍA LIONZA

I. MARÍA LIONZA

María Lionza, diosa de la montaña,

Reina y espíritu sanador del mundo.

Bella y poderosa, protectora de los bosques.

En el sincretismo, tu leyenda florece.

En Venezuela, tu culto persiste,

mezcla de tradiciones, enigma y fe.

Sobre una danta recorres el firmamento

y en cada rincón de la tierra te veneran.

Tu historia es un misterio que perdura

en el corazón de quienes te adoran.

Secreto arcano, legendaria señora,

tu recuerdo pervive en la tierra y el mito.

II. YARA

​​Oh, Yara, presencia sagrada y celestial,

tu nombre es un rayo de luz celeste.

Telúrico icono venezolano,

con cánticos y ofrendas te enaltecen,

en diálogo y fusión con lo intangible.

Madre primigenia guía a tus hijos,

protegiéndoles a todos con tu manto.

En las noches de luna llena te invocan

y en cada ritual te bendicen con fervor.

Yara, deidad elevada y gloriosa,

tu recuerdo por siempre será inmortal.

Que tu sabiduría y paz nos acompañen,

mientras en tu honor nuestras almas danzan.

III. GUAICHÍA

​​Guaichía, nombre sagrado de María Lionza,

en la cultura afrovenezolana

eres realeza. Entre ríos, montañas 

cascadas y vegetación tropical,

tu espíritu se alza, guiando a tus hijos 

con seguridad, templanza y firmeza. 

Entre las montañas de Sorte, en Chivacoa, 

Estado de Yaracuy, una mítica

devoción se entrelaza con la historia,

haciendo florecer los valles con esplendor,

Guaichía, tesoro escondido bajo el sol,

tu belleza natural causa asombro

y nos recuerdas el valor de la paz.

Tu nombre resuena con orgullo y gratitud,

mientras en cada rincón palpita tu esencia.

En la selva y en la noche tu voz resuena,

misteriosa y poderosa, divina reina.

Con tus deidades y espíritus nos proteges,

tu presencia es ritual que nos conmueve.

Oh, Guaichía, gran madre espiritual,

símbolo de la mujer y la naturaleza,

tu sabiduría ancestral nos ilumina,

y en cada plegaria tu luz proyectas.

​​​Puebla (México), 24 de marzo de 2024

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El autor de este tríptico es el editor y poeta Basilio Rodríguez Cañada quien se suma bellamente a la imaginería poética y mitológica que envuelve a la figura de esta reina producto del sincretismo venezolano.  Esta poesía ha sido musicalizada por el cantautor colombiano residente en España Alex Flórez Sierra. 

Un río, un ritual. Todos vestidos de blanco o con poca ropa. Llevan ofrendas de alimentos. Las velas iluminan el lugar. Diferentes voces se van sumando en cánticos y rezos. Se erige un altar, se despojan las malas energías con hierbas y oraciones.  El licor se pasa de manos, el humo del tabaco se expele pronunciando su nombre: 

— ¡Yara! Protectora de los bosques, honramos e invocamos tu espíritu, pedimos favores, protección y guía. 

María Lionza, Yara o Guaichia, es la misma reina, protagonista de un mito muy arraigado en el corazón de un pueblo. 

Se manejan diferentes vertientes de este mito. El primero plantea su origen indigena, siendo ella la hija de un cacique de la etnia Caquetía que no quiso sacrificarla como se hacía con los primogénitos y la protege en una choza, cuando la niña crece, cae a una laguna y se convierte en una anaconda, otras versiones la transforman en una mariposa de grandes alas azules o en un venado blanco. Otra interpretación la situa como la hija de un español y una india o de un negro y una mujer española o hija de un acaudalado matrimonio español con la singularidad que en todos los casos, la niña se pierde en la montaña de Sorte. Una variedad de este  mito indica que fue encontrada y criada por una onza. Hay una última variante que le confiere un origen español al ubicar el inicio del mito con una acaudalada mujer protagonista en la encomienda de Indios: María Alonzo, y al tesoro que dejó enterrado en la montaña de Sorte.

Todas estas  historias desembocan en una imagen, la que esculpió  Alejandro Colina en el monumento que se encuentra en la Autopista del Este en Caracas. Se muestra sentada en una danta (tapir) con su cuerpo desnudo bañado en abundantes cabellos y sostiene una pelvis en alto. Su escultura también se encuentra en la montaña de Sorte. Allí se dice que habita silvestre y que la han visto convertirse en un venado. 

Los “Marialionceros” se congregan junto a los médiums en Sorte, la montaña “mágica”, en el estado Yaracuy en Venezuela. En su culto se mezclan elementos indígenas, africanos y europeos. Se reconoce a la Virgen María y a la Santisima Trinidad por encima de la triada que encabeza María Lionza junto con el Negro Primero y el indio Guaicapuro. Tambien se funden en este sincretismo a civiles de abolengo histórico como Simón Bolívar o Francisco de Miranda, junto a los dioses africanos de la Santería o de una corte vikinga, al Doctor José Gregorio Hernández (venerado popularmente como un Santo y beatificado por la Catolica en el 2021) y hasta los santos malandros o delincuentes fallecidos. 

Pueden llegar a hacer sacrificios de animales pequeños, untarse con su sangre y hacer caminatas en brasas ardientes. Los “pacientes” yacen en el suelo y muchos se levantan manifestando estar aligerados o curados. 

La imagen de Maria Lionza sosteniendo una pelvis en alto es un símbolo de fertilidad y creación. La pelvis, está asociada con la capacidad de gestar y dar a luz, representa la conexión con la Madre Tierra y con la naturaleza en su aspecto creador y generador de vida. 

María Lionza es mito, leyenda, religión y cultura que se gesta en Venezuela y recorre el mundo, hasta inspirar a un gran vate como lo es Basilio Rodriguez Cañada.  
Por Nery Santos Gómez