Revista América Latina

El day pass en Cancún y cómo disfrutar como turista pagando como local

Por Alfredoparedes @AlfredooParedes
El day pass en Cancún y cómo disfrutar como turista pagando como local

Querido lector:
Antes de hablar sobre el day pass en Cancún, admito que te he tenido abandonado por más de un mes. Esto ha sido por múltiples ocupaciones que en otra ocasión te contaré, por lo que ofrezco una sincera disculpa.

Estoy de regreso con este interesante contenido acerca de los "day pass" en Cancún para locales, como una excelente, divertida y económica opción para vivir un día como turista pero sin serlo. Espero que esta peculiar manera de divertirse, comer y descansar al mismo tiempo, sea uno de muchos motivadores para que te decidas a vivir en Cancún.

¿Qué hacer un fin de semana en Cancún?

Esa era la pregunta que nos hicimos Ramiro, Alberto y yo un viernes. Después de siempre ir al cine, a comer en algún restaurante, ir de compras a cualquiera de los centros comerciales o simplemente ver películas, tomar vino y descansar en casa, decidimos hacer algo diferente.

Las opciones eran ir a un cenote, a Isla Mujeres o realizar alguno de tantísimos tours en Cancún. El problema fue el tiempo. Alberto difícilmente descansa los domingos, Ramiro no tiene problemas con eso y yo usualmente tengo flojera de despertar temprano en mi día de descanso. A todos nos pasa, ¿no?

El day pass para locales en Cancún, la mejor opción para divertirse

Al fin coincidió que los 3 estábamos en posibilidades de hacer algo un domingo. Alberto descansó, Ramiro disponible como siempre y yo con energía. Ellos dos buscaron opciones de "day pass" en Cancún y encontraron una buenísima.

Debo confesar que estos pases de un día en un hotel son algo común entre quienes vivimos y trabajamos aquí, pero nunca me había interesado por uno. Lo consideraba una pérdida de tiempo y dinero.

Llegó el domingo. Me levanté de la cama a eso de las 8:00, me hice tonto un rato y luego envié un mensaje de Whatsapp a Alberto para decirle que pasaría por él y Ramiro en 1 hora y así fue.

Llegamos al hotel con conocimiento previo de 2 opciones para "day pass" en Cancún. La primera era muy básica: todo incluido de 9:00 am a 5:00 pm. La segunda era muy básica (jajaja) pero con la posibilidad de quedarse también a cenar (de 9:00 am a 11:00 pm). Como yo tenía cosas que hacer aún siendo domingo, les dije que para mí la opción básica estaba bien.

Luego de conversar un poco con el recepcionista del hotel, decidí tomar junto a ellos la opción básica con cena... no fue difícil que me convencieran y ahora sabrás por qué.

La experiencia de un day pass en Cancún. Disfrutar un día como turista

Desde que llegamos al hotel, el recibimiento fue idéntico al que hubiera tenido cualquier turista extranjero: botones dando la bienvenida con una sonrisa y valet parking sin costo.

Nos preguntaron en dónde estaba nuestro equipaje y entre risas les dijimos "somos locales". -Adelante, ¡bienvenidos!

El vestíbulo del hotel estaba impresionantemente pulcro, limpio y con muy buen gusto en la decoración.

El recepcionista (no recuerdo su nombre) también nos dio la bienvenida y preguntó por nuestra reserva. Otra vez entre risas dijimos "somos locales". Después del registro, todas las instalaciones, y 3 de 5 restaurantes estaban a nuestra disposición, excepto habitaciones.

Lo primero que hicimos fue ubicar el área de casilleros y vestidores para dejar nuestras maletas y comenzar a disfrutar. Ahí el anfitrión nos dio la bienvenida.

Decidimos ir a desayunar a uno de los restaurantes. Al entrar sólo pudimos dejarnos llevar por los deliciosos olores de diferentes platillos del buffet. Pan, fruta, verduras, ensaladas, aderezos, miel, café, chocolate, leche, jugos de frutas, agua de frutas, huevos preparados al gusto y al momento, omelettes preparados al momento, quesos, cereales, chilaquiles, picaditas, sopes y muchos platillos más. ¡Fuimos trogloditas!

Y sólo salimos del restaurante por la puerta que da a la alberca para dar paso a la relajación total y dejarnos consentir por el personal del hotel. Buscamos un camastro con sombra pero nos resignamos a uno bajo el rayo del sol porque ya no había sombrillas disponibles. El agua de la alberca estaba fría a pesar del sol intenso de ese día.

Los animadores estaban haciendo su trabajo animando a todos a atender sus indicaciones para iniciar la diversión. Los turistas iban y venían y los meseros nos ofrecían bebidas. Primero pasamos al bar por margaritas, luego los meseros se encargaron de llevarnos los siguientes tragos mientras disfrutábamos de los rayos del sol, la música y la brisa que llegaba desde el mar.

Comenzó la música y el show en la alberca. Aunque sólo 3 valientes mujeres acudieron al llamado de los animadores para entrar en la piscina y jugar (recuerden que el agua estaba fría), Ramiro, Alberto y yo nos divertimos viendo lo que ellas hacían.

Después de un rato los rayos del sol ya eran insoportables y decidimos entrar a la alberca. Ellos dos lo lograron primero (aunque no me gusta el calor, detesto el agua fría y más sentir el choque de temperatura que produce pasar de mucho calor a mucho frío). Yo tardé 15 minutos en poder sumergirme por completo en el agua de la alberca.

Luego de un rato a Ramiro se le antojó un café así que fuimos a la barra de café. Acompañamos los capuchinos con unas galletas. Ese día no nos importaba comer equilibradamente.

Y de la alberca pasamos a la playa. No nos metimos al mar pero nos dejamos arrullar por el sonido de las olas y el servicio de los meseros siempre atentos. Una cama queen-size con sombra fue suficiente para una pequeña siesta mientras llegaba la hora de la comida.

Y para comer decidimos hacerlo en un restaurante del que no estábamos seguros si el "day-pass" nos daría acceso. Decidimos arriesgar y comimos delicioso. Se notaba la diferencia tanto en el tipo de platillos como en los ingredientes y en la presentación. Yo fui muy feliz al comer ahí porque me encanta la comida del mar y ahí había mucha. Probé casi de todo.

Y después de comer ¡al jacuzzi! Un buen rato de hidromasaje, luego al sauna y de regreso al jacuzzi. Pudimos haber hecho eso muchas veces pero teníamos que disfrutar de todo lo demás.

Tiempo suficiente

Para nosotros ya no había nada más que hacer en el hotel, por lo que decidimos asearnos para ir al cine antes de volver para cenar.
A pesar de que nos tardamos un poco porque Ramiro olvidó las llaves de su departamento en mi coche y yo ya iba camino al cine, al terminar la película pudimos estar de regreso en el hotel poco antes de las 9.
Al llegar al hotel el recibimiento fue idéntico al de la mañana y nuestra respuesta también: "somos locales".

La música se escuchaba desde afuera del vestíbulo y la mirada de todas las personas que estaban ahí se dirigía al mismo punto, un pequeño escenario en donde estaba cantando un grupo de 4 hombres al estilo de "Il divo" (o cualquier otro grupo de hombres que canten baladas con la voz impostada típica de la ópera). Mientras Alberto grababa un video del espectáculo y Ramiro abría sus aplicaciones de ligue en su celular, yo buscaba algún cóctel en la barra.

Y al terminar el show nos dirigimos directo al mismo restaurante donde habíamos almorzado. Nos encantó la comida de ahí y en la cena no fue la excepción. Pulpo, calamar, camarón y salmón frescos para elegir una porción de cada uno y pedir al cocinero que lo tirara a la parrilla. El lugar estaba abarrotado y con razón. No sólo había comida del mar sino que también opciones de platillos regionales e internacionales para la cena. ¡Fue una noche de placer al paladar!

Y poco antes de las 11 de la noche abandonamos el hotel. De regreso a la ciudad los 3 comentamos que todo había estado excelente. Después hicimos cuentas de lo gastado ese día comparado con cualquier otro domingo y sonreímos aún más. ¡Es increíblemente barato! 1 noche en ese hotel en tarifa plana ascendía a los MX $3,800 para cualquier turista pero para nosotros sólo MX $800.00 por el "day pass", más MX $250 por 1 boleto de cine con palomitas y bebida.

Nos dimos cuenta que podemos disfrutar como turistas pagando mucho menos. Y lo mejor es que podemos disfrutar de esto cualquier día porque ¡vivimos en Cancún!

Al final del día nos lanzamos un reto: ir al "day pass" en Cancún para locales en todos los hoteles que lo ofrezcan.

¡Saludos! Espero tus comentarios.


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