Cabía esperar poco del debate entre Rajoy y Rubalcaba de ayer, mucho asesor, mucho tiempo medido, mucho papel, vamos todo lo que no debería ser un debate.
Además, por mucho que se empeñen los medios de comunicación, un debate a dos ni engrandece la democracia (como decía ayer Campo Vidal), ni representa a la ciudadanía.
Simplemente es eso, un debate a dos y dos, bastante parecidos además.
Es por eso que no se hablo del 15M, del fraude fiscal, de la economía sumergida, del SMI, del medio ambiente, del modelo de estado, del encaje de las nacionalidades en España, de Bolonia, de lo injusto de los ajustes europeos... vamos, de todo aquello de lo que podrían haber hablado otr@s candidat@s si alguien les hubiera invitado, porque insisto, España no es bicolor, como Euskadi tampoco es de cuatro colores.
Porque no deja de tener su gracia oír cómo se queja el PNV amargamente del bipartidismo, al tiempo que en ETB plantea debates a 3 (PNV, PSE y PP, los veremos la semana que viene.
A mí tampoco me hubiera servido un debate a tres incluyendo entre Rajoy y Rubalcaba a Cayo Lara (hubiera tenido mucho más interés, la verdad), pero tampoco hubiera recogido la pluralidad del Parlamento.
Por mucho que se esfuercen unos y otros en evitarlo, en el Congreso hay el número de partidos que hay y a todos habría que haberles invitado.
Lo demás, lo que acabo siendo el debate de ayer, la peor versión del bipartidismo al servicio del espectáculo.