Decía mi madre, con voz críptica cuando yo era pequeño, que algunos “sólo se acuerdan de santa Bárbara cuando truena“. Ayer me vinieron a la memoria sus palabras cuando leí en la prensa digital que la canciller alemana, Angela Merkel, ha decidido suspender durante tres meses una nueva ley que permite la prórroga de las centrales nucleares en su país. Las fugas radioactivas registradas en Japón y la constatación de que más de 160 personas estarían ya afectadas por la radiación han hecho saltar todas las alarmas. Queda probado ahora que las centrales nucleares no son tan seguras como nos querían hacer creer y el riesgo tantas veces denunciado como negado es una realidad incuestionable.
Lamentablemente, en España el Gobierno Zapatero se ha apresurado a salir en defensa de la energía nuclear, apelando a la seguridad de la centrales existentes en España, obviando lógicamente toda mención a las instalaciones ubicadas en Garoña. El Partido Popular también comparte este mismo análisis y sólo Izquierda Unida, como siempre, hace gala de sentido común y exige un calendario de cierre de todas las centrales nucleares existentes en nuestro país. La suspensión del uso de energía atómica es un demanda social asentada en Europa, aunque los Gobiernos apuesten por ella sin escuchar el clamor ciudadano en su contra. Suiza y Finlandia, aunque con matices, se han comprometido a revisar sus intalaciones y a reconsiderar la apertura de aquellas que estaban ya previstas. Os adjunto dos enlaces a dos artículos de opinión, recogidos ayer en el diario Público, en relación con la energía nuclear y los intereses que la sustentan.
http://www.escolar.net/MT/archives/2011/03/el-verdadero-negocio-atomico.html
http://trincheradigital.com/?p=1626
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