JR Mora
La política es algo que se escapa de la mano del común de los mortales. Un político (normalmente) es un ser superior sin criterio ético ni moral. Ahora sí, ahora no. Donde dije digo, digo Diego. Y así todo lo que le venga en gana. Ángela Merkel, ahora, no está a favor de la energía nuclear. Ahora le han entrado las prisas y quiere cerrar centrales nucleares como el que reparte caramelos en la puerta de un colegio. Pero eso es ahora que le ha entrado el miedito con lo de Japón, y de camino aprovechamos y desviamos la atención de otros temas, también bastante importantes, que están ocurriendo en estos momentos, por ejemplo, Libia.
No digo que el tema de las nucleares no sea importante, que lo es y mucho. Me parece perfecto que este debate se plantee y que la energía nuclear cada vez sea menos representativa en el consumo energético de los países, que por mucho que digan Aznar y González, no es tan importante, lo mismo sí para las eléctricas de las que ellos cobran muchos euros, pero no para el resto de la humanidad.
Lo que digo es que este debate ahora mismo me parece estéril. En primer lugar es casi imposible que un seísmo de esas magnitudes suceda en Europa. En segundo lugar porque la energía nuclear no ha producido ningún muerto hasta el momento en el país nipón que está intentando controlar la situación lo mejor que puede y esperemos que lo consiga. Y lo tercero porque creo que me parece inmoral que se plantee esto cuando hay 10.000 muertos por otros asuntos que no tienen nada que ver con la energía nuclear. El debate debería estar en cómo mejorar los sistemas de detección de tsunamis y terremotos, las formas de evacuación de la población en este tipo de emergencias, los materiales con los que construir los diques al mar o esa serie de aspectos que han provocado miles de muertos en uno de los países más desarrollados del mundo y que vive una catástrofe de un tamaño descomunal.
Pero claro, con el marrón que tenemos en Libia y con los pocos cojones para decidir qué hacer en un país donde se están matando entre hermanos (la comunidad internacional es experta en estos casos desde 1936) pues lo del debate nuclear nos ha venido de perlas. Ahora esperamos a que Gadafi recupere los pocos bastiones que le quedan a los rebeldes y cuando nos demos cuenta la opinión pública (que tiene una memoria ínfima) se ha olvidado del dictador del petróleo y nosotros a otro tema porque al pueblo llano ya lo hemos acojonado juntando en la misma frase “peligro nuclear” e insistiendo hasta la saciedad que “otro Chernobyl no es posible”. No han dicho ‘ná’ pero lo han ‘hablao tó’.
Ah, y por cierto, no te olvides de Haiti.