[El DeLorean]…y si no, nos enfadamos

Publicado el 10 abril 2014 por Despiram @FrikArteWeb

Seguramente, estos nombres no os suenen absolutamente nada: Mario Girotti y Carlo Pedersoli, pero si os digo que en realidad estoy hablando de Terence Hill y de Bud Spencer la cosa ya cambia. Cuando el primero tuvo que escoger un nombre anglosajón más comercial parece que escogió Terence Hill porque las iniciales coincidían con el nombre de su madre, Hildegard Thieme. Mientras, Bud se inspiró en su cerveza favorita, la Budweiser, y en su actor preferido, Spencer Tracy. Por cierto que Bud Spencer participó con el equipo nacional italiano de natación en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 y en Melbourne 1956. Además, fundó la línea aérea de carga Mistral Air, que ya no es de su propiedad, y concurrió a las elecciones regionales de Lazio en Roma representando al sector del entonces Primer Ministro, Silvio Berlusconi.

Coincidieron, si mis cuentas no me fallan, en un total de diecisiete películas (sería interminable mencionarlas todas). Si bien por separado también se forjaron un nombre en la industria del cine de aquellos años, todos les recordamos por las que hicieron juntos. Comenzaron en 1967 con Tu perdonas… yo no, a la que siguieron Los cuatro truhanes y La colina de las botas. Sus primeros pasos, como no podría haber sido de otro modo, fueron en el género del spaghetti western, rodados a caballo entre Italia y España (en Almería). Pronto se dieron cuenta de que debían explotar esa vis cómica de, por un lado, el tipo astuto y atractivo y, por otro, la del gruñón forzudo. Entre todas ellas, destaca sobremanera esta coproducción italo-española en la que aparecen las constantes de su cine: historias muy simples con las que echamos un rato de buenas risas y un sinfín de mamporros a diestro y siniestro que son inconfundibles por el sonido que les acompaña. Aún recuerdo cuando yo apenas era un chavalín y me ponía esta peli una y otra vez en casa de mis abuelos, que la tenía allí grabada en vídeo.

Hago un inciso para dejaros este vídeo que he encontrado en Internet del programa de cine de la televisión vasca La Noche De… en la que podemos ver los distintos modos en los que Bud Spencer te puede pegar una buena paliza jaj. Además, se aportan datos sobre él de los que ya hemos hablado con anterioridad.

…Y si no, nos enfadamos fue dirigida en 1974 por Marcelo Fondatto entre Madrid y Roma. Reconocemos perfectamente que el taller de Ben se encontraba ubicado en los alrededores del estadio Vicente Calderón y el Puente de Toledo. Además, hay una persecución en moto que fue rodada en la Casa de Campo. La premisa es la siguiente:

Ben (Bud Spencer) y Kid (Terence Hill) son dos viejos conocidos que se encuentran disputando una carrera de minibólidos: el ganador de la misma recibirá un Buggy rojo con capota amarilla. Pero empatan y para decidir quién debe quedarse con el bólido, ambos deciden enfrentarse en una peculiar prueba en la que el ganador será el que beba más cervezas y coma más salchichas. Son interrumpidos por unos mafiosos que lo destrozan todo, incluyendo su bólido. Por eso, Ben y Kid reclamarán al Padrino (John Sharp) que les compre un nuevo coche si no quiere que se enfaden…

En el reparto, merecen especial atención los actores españoles que participan: Manuel de Blas en el papel del asesino a sueldo, Paganini, un hombre contratado por el Padrino (John Sharp) para quitarse de en medio a la pareja. La particularidad de este personaje es que no articulará palabra alguna en los pocos minutos que aparece en pantalla. Tampoco pasarán inadvertidos Luis Barbero, Geremías, amigo de Ben, y Emilio Laguna, que es el excéntrico director de orquesta. Vale la pena que ponga la escena del coro, una de las más conocidas y graciosas.

La del gimnasio es otra de las más desternillantes de la película en la que, como no, los dos personajes protagonistas dan buena cuenta de un buen número de esbirros del Padrino.

Siempre ha corrido el rumor de que en ella hacían un breve cameo los archiconocidos actores de la época del destape español Fernando Esteso y Andrés Pajares, aunque yo creo que esto es más falso que Judas. Si bien en algunas webs sí que aparece esta película entre la filmografía de los dos como una de sus primeras apariciones, mirad bien y decidme qué pensáis vosotros…

Por cierto que Manuel de Blas había contraído matrimonio años antes con la protagonista femenina de la película, la actriz Patty Shepard, a la que, por supuesto, el personaje de Terence Hill le tira los tejos. Manuel y Patty permanecieron siempre juntos hasta que a comienzos del año pasado ella fallecía como consecuencia de un infarto.

Además, el mítico Donald Pleasance es aquí la mano derecha del Padrino, aunque su papel es de lo más anecdótico. Participó en el primer trabajo de George Lucas, THX 1138, y los que seáis amantes del cine de terror le recordaréis por dar vida al psiquiatra Dr. Sam Loomis en Halloween, de John Carpenter. Hasta hay una página de Facebook con el nombre de la película que nos ocupa Y si no, nos enfadamos y otra que hace referencia a El sonido de las ostias que daban Bud Spencer y Terence Hill.

En cuanto a la música, cómo no recordar esa canción tan pegadiza y divertida que acompaña durante buena parte del metraje. Dune Buggy fue compuesta por el grupo de música italiano de la década de los 70′ Oliver Onions formado por los hermanos Guido y Maurizio De Angelis. Participaron en la mayoría de las películas de esta singular pareja de actores.

En 2010, con todo merecimiento, recibieron el premio David de Donatello a su trayectoria profesional. ¿Sabéis italiano?

Tampoco me resisto a dejaros de manera íntegra la entrevista que le hizo Andreu Buenafuente a Bud Spencer, con la colaboración de José Corbacho, cuando el programa que ha presentado en distintas ocasiones (ahora en La Sexta) era en Antena 3. Incluso, ya para más disparate, en el tramo final de la misma hace acto de presencia Edu Soto haciendo las veces del personaje que le dio a conocer: El Neng de Castefa. ¿Qué pasa, Neng?

Mi recomendación, a los que aún no la habéis visto, no puede ser otra que deciros que vais a pasar un muy buen rato con esta película y que, aunque no es nada del otro mundo, es muy entretenida, evoca claramente la época de los 70’ en España, y durante hora y media lo vais a pasar en grande. Eso sí, tened cuidado porque no vaya a ser que con tanto guantazo uno traspase la televisión, impacte en vuestra cara y escapéis calentitos…