El deporte como elemento de cohesión social 2.0

Publicado el 12 enero 2017 por Juanrazgz

El deporte como elemento ineludible de cohesión social en tiempos de la Web 2.0

Hoy contamos con un post  de nuestra amiga, colaboradora y guest blogger Carla Martínez (@carlapazmtzen) el cual nos habla sobre como el deporte ayuda a vertebrar nuestra sociedad y cohesionarla, conceptos en los que creemos firmemente en Deporte 2.0

OBJETIVOS SOCIALES EN LAS PRÁCTICAS DEPORTIVAS

Las prácticas deportivas que cuentan con objetivos sociales, que pueden ir desde la salud pública a la reconstrucción económica y social de un barrio, la activación ciudadana o incluso la prevención del crimen y la drogadicción, se han ido consolidando desde la última década del siglo XX como un elemento definitorio de las prácticas deportivas a escala social. El hecho es que este tipo de prácticas deportivas nacen de la idea de que el deporte es una actividad que tiene el potencial de desencadenar cosas muy positivas a escala individual y colectiva.

Incluso la ONU reconoce el valor añadido que tiene la práctica colectiva de un deporte a la luz de la búsqueda de la armonía social e incluso la paz pública.

El deporte en este sentido puede verse como una especie de “gancho”, una forma de alcanzar individuos o entrar a ciertos ambientes sociales que de otra forma son inaccesibles a ciertas políticas públicas. Es un gancho que permite cambiar el ambiente social para la juventud. Y no sólo eso, hay un elemento de “empoderamiento” individual y colectivo cuando se practica deporte. El hecho de formar parte de una asociación deportiva, de tener la disciplina de someter el cuerpo al esfuerzo físico que el deporte demanda y exige, de compartir objetivos y metas con otros miembros de la comunidad, son elementos que van creando lazos. Y los lazos generan redes de apoyo comunitario que permiten crear un ambiente apto para la resiliencia social.

EL DEPORTE FOMENTA LA SOCIALIZACIÓN Y EL ESPIRITU DE EQUIPO

El deporte es polivalente en la sociedad contemporánea. En una realidad social en que muchas personas carecen de actividad física suficiente en sus vidas cotidianas (en la escuela o el trabajo difícilmente se realiza la actividad física que el cuerpo necesita), el deporte es la única vía para permitirle a muchas personas obtener una condición física adecuada. Todo ello se complementa con la idea de unirse con otros, fomentar el espíritu de equipo (aún en la práctica de los deportes individuales), y crear lazos sólidos más allá de los ambientes formales de la escuela y el trabajo.

El simple hecho de inscribirse en una carrera solidaria, en un evento de atletismo (en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona los hay a lo largo de todo el año) y reunirse con vecinos y conocidos a practicar antes de la carrera ya nos proporciona un objetivo de mejora de nuestra condición física, un espacio para compartir con otras personas, y ello además de convertirse en un motor de integración comunitaria, pues tiene como estandartes los principales valores de la convivencia: el respeto a las reglas y el respeto a los demás, el enriquecimiento de nuestra concepción individual y la sensación agradable que produce el triunfo, individual o colectivo.  Todo lo anterior sin mencionar los ya conocidos efectos positivos que en la salud física y mental a escala individual puede producir la práctica cotidiana del deporte.