en madrid con su rol de capital del país casi todo se exagera. se exageran los alquileres, la forma de vestir, el nacionalismo, el arte, los billetes de metro, las privatizaciones, etc. estos días le ha tocado sin embargo al frío y a la huelga en el sector de la limpieza, que ha exagerado un poco más lo sucia que de por sí es la ciudad.
bolsas de basura con la cara de ana botella al margen, la propia alcaldesa ha concluido en lo que parece una "victoria" justa por parte de los trabajadores, con una reclama sobre la regulación del derecho a huelga. no es nada nuevo, puesto que periódicamente desde la derecha política se han venido exigiendo este tipo de modificaciones. algo que a priori se puede considerar una locura pero que quizás no lo sea tanto. porque el derecho a huelga es clave para la defensa y consecución de unas condiciones laborales justas, pero ¿a costa de todo?
recuerdo en la última huelga general como el dueño de un pequeño bar me contaba que no podía abrir su negocio, porque en otras fechas similares piquetes de trabajadores lo habían amenazado. y no amenazas banales, sino que lo habían retado a destruir aquello con lo que se ganaba la vida. un trabajador autónomo que ofrece empleo a cuatro personas más en un pequeño bar sin demasiadas pretensiones, y que no quería ejercer su derecho a huelga, se veía obligado a hacerlo.
y es que este tipo de situaciones son demasiado comunes. piquetes que se atrincheran en las puertas de acceso a las fábricas, o estudiantes que destrozan el material de todos para reivindicar a través de la violencia sus derechos. medios de transporte que no cumplen los servicios mínimos, y finalmente miles de personas que no pueden ejercer su derecho a ir a trabajar. mientras tanto la izquierda política calla, casi con miedo a levantar la voz ante una situación que podría restarle demasiados votos por impopular.
pero lo cierto es que la política está para satisfacer los derechos de todos los ciudadanos, y no sólo los de aquellos que valientemente deciden manifestarse contra una injusticia. porque igual que el voto de cada persona vale lo mismo, también debería tener un valor semejante la decisión sobre acudir o no al puesto de trabajo. y no vale la excusa de que los esquiroles finalmente se verán beneficiados de los objetivos que se logren con la huelga , porque en este caso la libertad de acción está por encima.
¿cuál es entonces la solución? parece sencilla, que los ciudadanos entiendan que los limites del derecho a huelga acaban en cada individuo, que se puede informar pero no imponer. y que cuando no suceda así las autoridades garanticen el derecho a trabajar de quien así lo desee. porque no es justo ni normal que para forzar las negociaciones en la ya concluida huelga de la limpieza de madrid, en lugar de una huelga se llevase a cabo un boicot, ensuciando de forma organizada la ciudad. igual que tampoco lo fue por ejemplo la huelga encubierta de los controladores aéreos, o la que estos días se lleva a cabo en renfe. grupos de presión que finalmente acaban perjudicando a inocentes y no a los empresarios o políticos a quienes se dirigen.
siempre defenderé el derecho a huelga porque lo considero más que necesario, pero no a costa del ciudadano de a pie, sino en cualquier caso a la de los que toman las decisiones.
calles de madrid durante la huelga de limpieza