Es ésta una labor que no puede emprenderse con un espíritu demasiado optimista, pues no es posible realizar un estudio sistemático sobre la ubicación de los vecinos y moradores de Toledo dentro de la ciudad, sobre lo que Jacques Le Goff denomina “sociotopografla urbana”.
No obstante, podemos exponer algunos datos que invitan a la reflexión. Contamos, por ejemplo, con una carta de procuración, fechada el 16 de septiembre de 1442, por la que los parroquianos de San Lorenzo apoderaban a doce representantes para solicitar licencia a los vicarios del Cabildo catedralicio para enajenar ciertos bienes con el fin de obtener dinero con el que pagar el retablo que se estaba tallando para la iglesia. Lo más interesante de este documento es que en él se expone la lista de los que se reunieron en el claustro parroquial para emprender la acción.
Entre los reunidos, que no eran todos los vecinos de San Lorenzo, los procuradores nombrados y algunas personas aludidas, obtenemos los nombres de veintidós parroquianos, de los que sólo doce aparecen asociados a su profesión.
San Lorenzo debió ser como otras collaciones “periféricas”, un área de residencia y labor de artesanos, frente a las collaciones “centrales”, situadas en el Toledo “alto”, donde habitaban sectores-socio-profesionales-más prósperos
En las collaciones de San.Pedro y La Magdalena residían y ejercían su profesión un buen número de mercaderes de Toledo, gentes de fortuna que aparecen con bastante frecuencia en la documentación privada del siglo XV raquáflos. que constituyeron los linajes en ascenso durante este siglo de los que nos ocuparemos en el último capitulo de este trabajo.
Muchos de estos hombres prósperos tomaron a censo tiendas en la Alkaicería Vieja de Toledo, ubicada en la collación de la capilla catedralicia de San Pedro, de manos del monasterio de Santo Domingo el Real’. El mercader Gonzalo Sánchez de San Pedro-tomaba a censo en 1504 unas-casas-y tiendas en esta alcaicena ; en 1505, Alfón Pérez Jarada tomaba otra de las tiendas’. En la vecina collación de La Magdalena se establecieron muchas de estos “hombres de negocios” toledanos: en 1459, Affón Gómez de Santamaría tomaba a censo del monasterio de Santo Domingo el Real unas casas en esta collación por 1.500 mr anuales; en 1509, Sancho de Espinosa vendía unas casas en La Magdalena al bonetera Alfonso el Lusio por 16.000 mrs.
Las referencias anteriores indican cuáles.son los higares donde se desarrollabala acción económica de algunos poderosos; pero sin nos referimos a la morada de los representantes de este grupo social en ascenso, a las anteriores collaciones. hemos de. añadir las de San román,- San Vicente y Santo Tomé.
En este último barrio se concentran algunas de las escasas referencias directas que conservamos de las moradas de hombres buenos de Toledo: Alvar Pérez Jarada habitaba en la parroquia de Santo Tomé, como reza un documento dc compraventa de 1.505? Otro documento similar expresa que en esta misma parroquia habitaban Ciutiene de Arroye y su mujer Beatriz de Montoya
En esta misma collacián. de Santo Tomé se encontraban las casas mayores de dos Ayala, uno de los grandes linajes de Toledo En la collación de San Vicente una de las más elevadas en altitud de la ciudad, tenía el mariscal Payo de Rivera su morada, al menos desde mediados de siglo XV. Esta zona alta de Toledo, que parece serla tradicionalmente predilecta por la nobleza para establecer sus moradas, es el ámbito en que se levantaron los grandes centros eclesiásticos de la ciudad
En las collaciones da San Vicente, San Rnmán y Santa Leocadia se concentraban, como aún hoy se puede observar, las grandes ediflcaciones religiosas: los monasterios cistercienses de Santo Domingo el Antiguo y San Clemente, los dominicos de Santo Domingo el Real, Madre de Dios y San Pedro Mártir; o el franciscano de Santa Clara, entre los más antiguos de Toledo. Asi pues, aunque sólo a modo da apreciación inicial, podemos establecer una división socio-espacial dentro del recinto murado de Toledo en tres ámbitos: - un área nobiliario y monacal,-en la zona alta de la ciudad, que además serviría de residencia a algunas célebres fanillias de mercaderes, abarcando las collaciones de San Román,. San Vicente, Santo Tomé y Santa Leocadia; - un área comercial, donde se desarrollaba gran parte de las actividades económicas de la ciudad, que abarcaria La Magdalena y San Pedro; - y un área de residencia y actividad del grueso de la población, que englobaría el conjunto de las collaciones periféricas San Lorenzo, Santiago del Arrabal, San Andrés y otras.
JUAN RAMÓN PALENCIA HERREJÓN DIRECCIÓN: DRA.. MARIA ASENJO GONZÁLEZhttp://biblioteca.ucm.es/tesis/19972000/H/0/H0048501.pdf&version;
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