El desarrollo sostenible: orígenes

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

La preocupación sobre el impacto ambiental y social de la actividad económica ha sido objeto de atención por parte de estudiosos y políticos desde hace mucho tiempo, por lo menos desde la antigua Babilonia.

A mediados del pasado siglo, dado que la magnitud del impacto social y ambiental de las actividades económicas, del consumo individual y de los sistemas de producción se hizo más evidente e intensa se desarrollaron nuevos enfoques sobre esta problemática.

Las primeras reflexiones críticas sobre el modelo de desarrollo basado en el consumo vienen de la filosofía y la filosofía social, con visiones de la escuela alemana de la crítica social (Marcuse, Fromm) o de las reflexiones de Arendt sobre la vida moderna. Estos pensadores ya nos hacían ver los factores básicos de la insostenibilidad del sistema.

Las preocupaciones sobre el agotamiento de los recursos mundiales y las importantes amenazas de los residuos en los sistemas ambientales analizados en obras como La primavera silenciosa de Rachel Carson ya nos advertían, entre otras cuestiones, de los efectos tóxicos de los químicos industriales en el medio ambiente y su impacto en la salud de los humanos, lo que ha constituido el inicio de lo que se considera el movimiento ecologista moderno.

Paul Ehrlich, en su obra The Population Bomb, calculó el impacto socioambiental del crecimiento exponencial de la población y los conflictos sociales entre la siempre creciente demanda humana y los recursos naturales finitos.

En Small is beautiful, E.F. Schumacher desafió las suposiciones basadas en el crecimiento que sustentan nuestros actuales sistemas políticos y económicos. F. Capra en su obra The Turning Point apuesta por la necesidad de un efoque holístico de los sistemas basados en el desarrollo humano y por un cambio fundamental de paradigma en nuestro pensamiento.

Estas contribuciones y otras más, comparten un tema común: la trayectoria actual de nuestro desarrollo no se puede sostener y el cambio es necesario, pero se echa en falta un conjunto unificador de principios y objetivos para poder construir alternativas reales

En concreto, lo que se necesita es un conjunto de principios que las empresas, los gobiernos, los inversores y los consumidores, puedan compartir y aceptar a partir de las críticas al orden actual.

Durante las últimas dos décadas del siglo XX, el desarrollo sostenible surgió en el interior de la sociedad como un posible camino hacia la sostenibilidad de nuestro Planeta.

En 1987 la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Mundial y el Desarrolllo (que conocemos como Comisión Brundtland, ya que fue presidida por el primer ministro Noruego, Gro Harlem Brundtland) publicó el célebre informe Our Common Future. Este informe proporciona una definición de referencia sobre el concepto de desarrollo sostenible: Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.

Este informe tan célebre en el ámbito de la sostenibilidad, reconoce la interdependencia entre el medio ambiente, el bienestar social y la actividad económica, y la necesidad de establecer y mantener un equilibrio dinámico entre estos tres elementos.

En nuestro próximo artículo sobre desarrollo sostenible trataremos los principios fundamentales de la sostenibilidad.

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