La actuación de Argentina en el Mundial de Suecia 1958 tuvo muchas repercusiones, montones de conjeturas que buscaron explicar el desempeño del seleccionado nacional que después de perder 6-1 con Checoslovaquia se quedó afuera del torneo en primera ronda. Las más comunes fueron la supuesta subestimación del equipo dirigido por Guillermo Stábile para con los demás países, la falta de una preparación física acorde, el aislamiento de Argentina con respecto al resto del mundo por Juan Domingo Perón, que los jugadores estaba acostumbrados al fútbol argentino y no al roce internacional; algunas entre tantas hipótesis realizadas sin ningún consentimiento. Esta es una cara de la historia.
Sin embargo también hay otra versión, una que no muchos conocen debido, entre otras cosas, a que fue ocultada por algunos periodistas, por empresarios, por militares y por políticos de derecha.
Una de las conjeturas indicaba que Argentina no había tenido roce europeo previo al Mundial de Suecia, cuando en los últimos años de la década del ‘40 y en los primeros del ’50, el seleccionado nacional jugó 8 encuentros que se alternaron entre Europa y nuestro país, contra grandes potencias mundiales como Inglaterra, Portugal, España e Italia (también se jugó frente a Irlanda). Incluso en el año 1956, el equipo nacional participó de una serie de amistosos internacionales contra Brasil, Paraguay, Uruguay, Italia y Checoslovaquia a la que se le ganó 1-0, año y medio antes de la estrepitosa caída por la tercer fecha de la fase de grupos de Suecia (en total Argentina recibió sólo 1 gol en la gira, frente a los charrúas).
También se criticó la supuesta falta de preparación física (naturalmente después de la eliminación) porque estaba instalado en la prensa que había que asemejarse a los europeos. A ese juego físico y vertical. Lo que algunos no entendían era que Argentina no era eso sino lo contrario; se caracterizaba por tocar la pelota arras del piso, por la riqueza individual y colectiva de sus jugadores. De hecho, Brasil, que hasta ese momento no era preponderante a nivel mundial, le pidió a Stábile que le explicara como hacía para que Argentina jugara tan bien. Con esta ideología forjó una historia en Copas del Mundo como ningún otro país.
Se dijeron y se dicen todavía muchas cosas con respecto a ese Mundial y particularmente en relación a ese partido, que sin dudas fue importante para la historia de la selección ya que por su desenlace, el futuro de la Selección Argentina vagó sin un rumbo concreto durante 16 años (hasta la llegada de César Luis Menotti) debido a que durante ese lapso pasaron más de 30 entrenadores por la dirección técnica del equipo.