Los países desarrollados recurrieron a artimañas retóricas en lugar de actuar; no se comprometieron a reducir sus emisiones en forma drástica, algo que se necesita urgentemente; y retrocedieron en los compromisos previos para resolver la crisis climática.
El resultado de las negociaciones de Durban, catalogadas por algunos como un retroceso, de hecho significó:
- Que no hubo avance en acciones justas y vinculantes para reducir emisiones.
- No hubo avance en el fondo para el clima, que se necesita urgentemente.
- Aumentó la probabilidad de una mayor expansión de las falsas soluciones como el comercio de carbono.
- La destrucción del marco internacional legalmente vinculante para lograr acción para el clima sobre la base de la ciencia y la equidad.
Aunque los países en desarrollo ofrecieron resistencia a las propuestas destructivas que estaban sobre la mesa en Durban, el resultado final de Durban implica:
1. Una nueva "Plataforma de Durban" que demorará una década la acción para el clima — En lugar de implementar la hoja de ruta existente, ambiciosa y equitativa acordada en Bali hace cuatro años, en Durban se acordó un nuevo proceso para lanzar negociaciones para un nuevo tratado.
2. Un considerable debilitamiento del Protocolo de Kioto — El Protocolo de Kioto es el único marco internacional legalmente vinculante para que los países desarrollados reduzcan sus emisiones. Estos países son responsables del 75% de las emisiones en la atmósfera, a pesar de albergar tan solo el 15% de la población mundial. El segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto no ha sido formalmente acordado y solamente cubriría a la Unión Europa y a algunos otros países desarrollados.
3. Metas insuficientes de reducción de los gases de efecto invernadero — Estas promesas insuficiente de hecho implican que probablemente habrá un aumento neto de emisiones de ahora a 2020.
4. El paso de la carga de acción climática a los países en desarrollo que son los que menos han contribuido al calentamiento global — Además de disponer de menos recursos para combatirlo, ahora se enfrentan a la carga adicional de tener que llevar a cabo acciones de mitigación tanto de emisiones como de pobreza.
5. No hubo ningún avance en el nuevo fondo público adicional, tan necesario para medidas de acción y adaptación al clima en los países desarrollados para proteger a las comunidades vulnerables a los impactos climáticos — El Fondo Verde para el Clima fue aprobado pero carece de dinero e incluye una disposición de que podría permitir a las empresas multinacionales y actores financieros privados que accedieran directamente al fondo.
6. Aumento de la probabilidad de nuevas oportunidades para el comercio de carbono — Esta es una falsa solución a la crisis climática, y provoca la inacción en cuanto al clima, genera acaparamiento de tierra y desplaza a comunidades. Además podría contribuir a otra crisis financiera mundial.
"Los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos, aceleraron la demolición del marco internacional mundial para la acción urgente y justa para el clima. Y los países en desarrollo fueron obligados a aceptar un acuerdo que podría ser un suicidio para el mundo", afirmó Nnimmo Bassey, Presidente de Amigos de la Tierra Internacional.
"En la víspera de las negociaciones de clima, cientos de familias en Durban perdieron sus hogares y sus vidas en las devastadoras inundaciones. Desde el Cuerno de África a Tailandia y Venezuela hasta el pequeño estado insular de Tuvalu, cientos de millones de personas están soportando la crisis climática que no provocaron. La falta de progreso en Durban significa que nos acercaremos más a un catastrófico futuro de 4 a 6° Celsius de calentamiento, lo que condenaría a la mayor parte de África y a los pequeños estados insulares a una catástrofe climática y devastaría la vidas y el sustento de varios millones de personas en el mundo", agregó.
¿Quién es el culpable?
Sin lugar a dudas, Estados Unidos, que en su momento no suscribió Kioto, ha sido el principal responsable de desmantelar el nuevo marco vinculante para la reducción internacional de emisiones. Países como Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Australia, Rusia, y la Unión Europea en menor medida, se han alineado con Estados Unidos para reemplazar el acuerdo con compromisos insuficientes y voluntarios de reducción.
La Unión Europea, considerado como un líder climático y el salvador de las negociaciones de Durban, tenía una agenda repleta de promesas falsas. La UE fue un artífice fundamental de la poco ambiciosa "Plataforma de Durban" que postergará la acción diez años y generará un sistema más débil y menos eficaz que el Protocolo de Kioto. La estrategia de la UE en Durban fue dividir al grupo de países en desarrollo y obligar a las economías emergentes como India y China, que tienen cientos de millones de habitantes que aún viven por debajo de la línea de pobreza, a asumir responsabilidades injustas para combatir la crisis climática. La UE impidió el progreso al cerrar las peligrosas lagunas existentes en las metas de reducción y fue el principal motor de la iniciativa de ampliar el comercio de carbono destructivo.
La fuerte influencia de las empresas contaminantes y de otros intereses empresariales y financieros en las posturas de los gobiernos, es el motivo que explica el desastroso resultado en Durban. La presión y la influencia de estos grupos de interés socavan la capacidad de los ciudadanos comunes de hacer que los gobiernos se responsabilicen de las medidas que toman con respecto al clima y de sus posiciones en las negociaciones de clima internacional.
"Los gobiernos de los países desarrollados han conspirado para debilitar las normas que exigen que sus países actúen para detener el cambio climático, al tiempo que fortalecen las normas que permiten a sus multinacionales lucrar con la crisis", afirmó Bobby Peek de Groundwork/Amigos de la Tierra Sudáfrica.
"Tras haber rescatado a los bancos, los países ricos en las negociaciones de clima se negaron a comprometerse a aportar siquiera un dólar para el fondo de clima para los países en desarrollo. Insistieron en permitir que las empresas multinacionales y las élites financieras tengan acceso directo al Fondo Verde para el Clima, y presionaron para que se abrieran más posibilidades para la especulación a través de la peligrosa burbuja del mercado de carbono. Está claro a quién favorece este acuerdo y que no es precisamente al 99% de la gente de todo el mundo", explicó.
Propuestas destructivas
Muchos negociadores de países en desarrollo expresaron sus crecientes preocupaciones a medida que avanzaban las negociaciones. El Grupo de África (integrado por 54 países de África), más India, Venezuela, Bolivia, Filipinas, Tailandia, Malasia, Nicaragua y una serie de pequeños estados insulares todos hicieron fuerte presión en contra de las propuestas destructivas. Una de las voces más críticas, India, cedió en el último minuto a las demandas de Estados Unidos y de otros países desarrollados de que se excluyeran del acuerdo de Durban las disposiciones para asegurar un enfoque equitativo para combatir la crisis climática.
"Los gobiernos decepcionaron una vez más a la gente. Detrás del fracaso en Durban hubo una gran influencia de las empresas contaminantes y el poder desproporcionado de los países desarrollados. El ruido de los intereses ahogó las voces de la gente común en los oídos de nuestros líderes", afirmó Alejandro González, representante español de la delegación de Amigos de la Tierra Internacional durante las dos semanas de negociación en la ciudad sudafricana
"Está claro que en este momento nuestros gobiernos no pueden hacer la tarea que necesitamos que hagan. Sin embargo, fuera del centro de negociaciones, en nuestras universidades, nuestros lugares de trabajo y en las calles, han comenzado a surgir movimientos fuertes para construir un mundo justo y mejor. Es en este creciente movimiento – de trabajadores, mujeres, campesinos, estudiantes, pueblos indígenas, y otras personas afectadas por este sistema económico codicioso – donde podemos hallar esperanza de soluciones a la crisis climática", prosiguió.
¿Hacia donde se dirige el movimiento de justicia climática?
Amigos de la Tierra Internacional considera que necesitamos transformar radicalmente nuestra agenda de economía mundial para crear un mundo más justo y sustentable.
Los países desarrollados tienen una obligación legal y moral de pagar su deuda climática y de brindar fondos públicos adecuados a los países en desarrollo para que se desarrollen en forma sustentable y protejan a los más vulnerables de los peores impactos del clima.
Un acuerdo firme y justo de la ONU sobre clima es esencial, y para lograrlo vamos a trabajar junto a otros para fortalecer el movimiento por la justicia en todos los países y responsabilizar a los gobiernos para que se aseguren de que la política funcione para la gente y el planeta, y no para lucrar.