La valía de un candidato cualificado es indiscutible, pero ¿qué ocurre cuando el perfil del candidato es superior a lo que necesita la empresa? Los Recursos Humanos filtran los perfiles porque desean ofrecer los mejores candidatos a las empresas, pero los responsables y jefes no quieren tener a su cargo, por regla general, a personas mejor preparadas que ellos mismos. La inseguridad del jefe es otro tema que podríamos tratar, pero aquí solo la vamos a dejar patente como una realidad frecuente en las empresas, donde el desempleado sobrecualificado pierde puntos a la hora de optar al puesto de trabajo.
Por otro lado, la inseguridad del jefe no es ni mucho menos el único motivo por el cual la sobrecualificación es motivo de no contratación. Se presupone que un candidato con alta cualificación tiene muchas oportunidades profesionales, por lo que se teme que el desempleado sobrecualificado se marche pronto de la empresa cuando encuentre algo mejor. Es lógico esperar que el trabajador cualificado se incorpore a otro proyecto profesional que le permita desarrollar su potencial personal y avanzar en su carrera profesional.
En una sociedad acostumbrada al trabajo en una empresa para toda la vida, no es de extrañar que se descarte a un buen candidato por estar sobrecualificado. En cambio, en una empresa dinámica que trabaja por proyectos, la tendencia es buscar a los mejores candidatos para esos proyectos profesionales. El desempleado cualificado necesita distinguir qué empresas son las idóneas para presentar su candidatura.
Por supuesto, en momentos de crisis donde la oferta de mano de obra supera con creces a la demanda, el empresario puede elegir más fácilmente, lo cual conlleva que pueda descartar perfiles profesionales que en otra circunstancia no lo haría sin duda alguna. Pero he aquí que más de un profesional tiene la tentación de adaptar su Currículum a la oferta de empleo eliminando incluso la formación que añade sobrecualificación a su perfil. ¿Es un error? Más bien parece que no, porque en este caso concreto añadir formación extra no implica dar argumentos para ser contratado, sino motivos por los que no hacerlo. Volvemos a la paradoja en la que nos encontramos con otros perfiles de baja cualificación que tienen la tendencia a “inflar” el Currículum con conocimientos que no poseen, precisamente para adaptarse a los requisitos de la oferta de empleo.
Qué duda cabe que la formación y la cualificación en conocimientos y experiencia es solo un factor, muy importante por supuesto, para tener en cuenta a la hora de contratar un trabajador, y que la productividad del mismo depende de otros factores también. Un desempleado sobrecualificado debería plantearse qué puede ofrecer a la empresa que no sea únicamente cualificaciones académicas o profesionales. Nos referimos a enfocarse en las actidudes, en lugar de solo las aptitudes. Las competencias personales del trabajador son más que relevantes para que el desempeño del mismo en la empresa sea más que suficiente.
Un empleado brillante en aptitudes quizá no siempre es el mejor empleado para una empresa, cuando le faltan competencias básicas de comunicación, trabajo en equipo, constancia, capacidad de concentración, empatía, capacidad de escucha, etc. Hablamos evidentemente de otro tipo de inteligencia y preparación: inteligencia emocional, habilidades de comunicación, asertividad, resiliencia, etc. No está de más que el desempleado sobrecualificado se enfoque también en la formación que desarrolla estas áreas menos enfocadas en el conocimiento, y más en las habilidades personales.
¿Qué oportunidades crees que tiene el desempleado sobrecualificado? ¿El desempleado sobrecualificado tiene menos probabilidades de encontrar un empleo?
Vía|Curriculum.org.es
Más información|Ayuda-T Pymes
Imagen cortesía de pat138241|Freedigitalphotos.net
Si te ha gustado, compártelo en tu red