Aparte de la división Norte-Sur, el análisis es particularmente crítico con respecto al desequilibrio creciente entre las generaciones. Según el análisis, las personas jóvenes han sido mucho más golpeados por la injusticia social que las de mayor edad. El 28 por ciento de los niños y jóvenes están amenazados por la pobreza o la exclusión social en toda la UE, lo cual es sensiblemente más que en 2009. Contrastando con ello, la pobreza entre los mayores ha disminuido en varios casos. “La creciente brecha social entre los estados miembros y entre las generaciones puede llevar a tensiones y una pérdida considerable de confianza. Si el desequilibrio social persistiera o aumentara aún más, el futuro del proyecto de integración europea se verá amenazado,” dice Dr. Jörg Dräger, miembro del Consejo Ejecutivo de la fundación.
Las altas clasificaciones de los países nórdicos y de los Países Bajos se deben principalmente a los buenos resultados políticos en los campos de reducción de la pobreza, el acceso al mercado del trabajo y la cohesión social y no-discriminación. Aunque los países nórdicos sientan notablemente los efectos de la crisis, el grado de inclusión social en estos países sigue siendo alto. Contrariamente a la tendencia general en Europa, Finlandia y los Países Bajos han sido capaces recientemente de reducir la pobreza infantil. En los países que encabezan la clasificación, el desafío para el futuro es en particular superar las continuas escasas oportunidades de acceso de los inmigrantes al mercado laboral, así como combatir el desempleo relativamente alto de los jóvenes en Suecia (23,5%) y Finlandia (19,9%).
Pero los problemas en la parte baja de los rankings son de una calidad diferente: Grecia sufre ahora mismo de una tasa de desempleo juvenil de casi el 60 por ciento, un aumento rápido del riesgo de pobreza, sobre todo entre los niños y adolescentes (desde 28,2 por ciento en 2007 a 35,4 por ciento en 2012), un sistema de salud que ha sido golpeado fuertemente por las medidas de austeridad, la discriminación hacía las minorías debido al aumento de fuerzas políticas radicales, y una enorme montaña de deudas en forma de hipotecas para las generaciones futuras.
Hay un cuadro similar en el resto de países del sur de Europa. El desempleo juvenil es el mayor problema de justicia en España, con una tasa de más del 55 por ciento. Adicionalmente, el riesgo de pobreza de los niños y adolescentes con una cifra de 32,6 por ciento es más que dos veces el riesgo de pobreza de los mayores, que es el 14,5 por ciento.
Además, la comparación de los países muestra que el desempeño económico es en efecto un requerimiento importante, pero no garantiza automáticamente la justicia social. Por ejemplo, esto se puede ver en la comparación de Irlanda con Suecia. Irlanda tiene en efecto un alto PIB per cápita similar a Suecia, pero se clasifica considerablemente por debajo del promedio cuando se trata de justicia social (el puesto (18) comparado al (1) y cuenta como uno de los grandes perdedores en la comparación entre países. Por contraste, países como la Republica Checa (puesto 5), Eslovenia (puesto 9) y Estonia (10) muestran que a pesar de tener solamente un desempeño medio, es todavía posible un alto grado de justicia social comparativo.
Por esta razón, el tema de la justicia social debe desempeñar un papel más importante en las políticas europeas futuras, de acuerdo con el estudio. La UE no debe ser percibida solo como un guardián de la estabilidad económica. Debe desarrollar una estrategia integrada que también incluye, por primera vez, una política consistente que lo abarca todo para combatir la injusticia social además de las últimas perspectivas de crecimiento. Para los estados miembros a su vez debe depender aún más de hacer las elecciones correctas entre la consolidación necesaria del presupuesto y las inversiones importantes en el futuro.
(*) Con el nuevo Índice de Justicia Social de la UE, la Fundación Bertelsmann está investigando seis diferentes dimensiones de la justicia social, basadas en 35 criterios: la pobreza, la educación, el empleo, la salud, la justicia generacional así como la cohesión social y la no-discriminación. La Fundación analizará cada año en el futuro el desarrollo de las oportunidades de participación en los 28 estados de la UE. El Índice de Justicia Social será pronto completado con el Barómetro de Reforma de la UE, que rastreará los esfuerzos específicos de reforma de los estados miembros en las áreas individuales de la justicia social. Combinados, el “Índice de Justicia Social” y el “Barómetro de Reforma de la UE” constituyen el “Monitor de Inclusión Social de Europa” (MIS)