El desierto de Gorafe es un paisaje extremo, singular, impropio de la Andalucía mil veces retratada en las guías turísticas.
Nada hay en Granada más singular y recóndito. Un lugar que esconde los secretos de la tierra y apenas lo muestra en las paredes y los estratos geológicos. Un lugar, en definitiva, olvidado de la actividad humana.
Gorafe se esconde en las entrañas de la provincia de Granada, en la depresión de Guadix-Baza. Al desierto se accede por diversos puntos, pero conviene entrar por la pista de acceso al Parque Megalítico de Gorafe.
La visita al desierto de Gorafe es aconsejable realizarla con guías especializadas, ya que es muy fácil perderse. Sus barrancos y profundas gargantas alcanzan hasta los trescientos metros de desnivel. La visita se convierte en un auténtico descubrimiento.
En la zona se han hecho diversos estudios de micromamíferos fósiles. Gorafe y su desierto es un paraíso para los amantes de la investigación y un lugar para realizar excursiones con una belleza paisajística sólo igualadas por las rutas en los desiertos de Petra en Jordania. (El Mundo)