El desolador panorama de la investigación en España

Según acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística, lo que muestra un panorama desolador en todos los aspectos relacionados con la investigación, un año más se vuelven a reducir los recursos y la inversión en I+D en España. Se reduce tanto la inversión privada como pública, equiparándose a niveles del ya lejano año 2006. Para hacerse una idea del ridículo nivel de gasto público en ciencia en España, los 6.000 millones de euros invertidos el pasado año 2013 son equivalentes a las deducciones del Impuesto de Sociedades y bonificaciones a la Seguridad Social que disfrutarán los empresarios el próximo año. Y por supuesto mucho menos que los 11.000 millones de euros que recibe actualmente por la cara y anualmente la Iglesia Católica, mientras las cifras nos dan el primer puesto como el país en donde más ha crecido la desigualdad social desde que se declaró la crisis.

Como consecuencia directa también disminuye en más de tres mil el número de investigadores a jornada completa que trabajan en labores de I+D (si se incluye a todo el personal dedicado a labores científicas supera los cinco mil). Por comparar, en España quedan (no se sabe por cuánto tiempo) 123.500 dedicadas a la investigación, sostenidos tanto por fondos públicos como de la empresa privada mientras que a la vez y según datos oficiales de la Conferencia Episcopal española hay unos 79.000 religiosos con cargo a los impuestos de todos los españoles.

Para completar el panorama de la investigación patria, según el último informe de la Comisión Europea, España es junto con Grecia, Chipre, Portugal, Hungría y Rumanía, uno de los países de la Unión Europea donde más disminuyó el porcentaje del PIB destinado a la educación, así que, después de los brutales recortes en investigación y en educación que año tras año sufrimos, lo más probable es que en unas pocas décadas estemos a la altura de cualquier país del Tercer Mundo.

Tras varios años de brutales recortes en prácticamente todas las partidas presupuestarias de I+D en España, la situación está llegando a un punto de no retorno insostenible que nos aboca a la práctica desaparición del tejido científico español, puesto que, ya para terminar de dar la puntilla, ahora el CSIC, el principal organismo español de investigación, en su Plan de Acción 2014/2017, se contemplan, además de una reducción 1.600 investigadores, unas perspectivas tan precarias que es posible que la institución no llegue a ese año 2017 en que expira el Plan, pues con la paralización hasta el 2016 de cualquier tipo de contratación con cargo a sus presupuestos en cualquier modalidad (becas, contratos pre y  postdoctoral o de personal técnico) no creemos que vaya resultar nada fácil la tarea de los valientes que aún trabajan allí.

Como ejemplo clarificador, el presupuesto del CSIC en el año 2013 fue de 599 millones de euros, más o menos la misma cantidad que deben los clubes de fútbol a la Hacienda Pública, equipos a los que seguimos financiando con dinero de los contribuyentes de mil maneras diferentes.

De seguir así, y no nos queda duda de que mientras el escenario político no cambie, así va a ser, ya sólo quedará enterrar el cuerpo de la investigación española antes de que empiece a oler demasiado mientras seguimos financiando a lo grande a la Santa Madre Iglesia, con sus pedófilos incluidos, que por mediación de sus vírgenes y santos ya se encargará de proveernos paz, salud, trabajo y progreso por la gracia de Dios, que dicho sea de paso no tiene ni puta gracia.