El despliegue internacional del antichavismo busca el caos interno.

Publicado el 18 febrero 2017 por Jmartoranoster
Las sanciones del Departamento del Tesoro contra el Vicepresidente de la República Tareck El Aissami, ejecutadas el pasado 13 de febrero, sirven como telón de fondo (narrativo) para las giras y movimientos internacionales del antichavismo. En ese compás de tiempo sube el tono, se torna más agresivo e intimidante y los lobbys que el año pasado intentaron cercar a Venezuela desde la OEA, asoman nuevamente la cabeza. Por los momentos en el verbo está la confrontación. Y todo escenario violento o agenda golpista, lo sabemos en Venezuela, comienza por la palabra. Febrero 17 de 2017, 12:20 pm inShare A continuación algunos puntos, movimientos y datos a los que hay que prestarle atención, ya que están indicando un posible escenario de cerco internacional (tuneado con la narrativa del “narcoestado”) y un calentamiento de motores de la violencia interna, pero esta vez con un salto cualitativo aunque repetitivo con respecto al formato aplicado contra Venezuela el año 2016. Aquí algunas claves que no debemos perder de vista.
  • Las sanciones emitidas por el Departamento del Tesoro contra el vicepresidente de la República Tareck El Aissami el pasado 13 de febrero, si bien representan un golpe moral por elevación al liderazgo chavista, también suponen un giro narrativo en cómo se percibe la situación venezolana en la esfera internacional. El giro que lo antecede fue el Decreto Obama, el primer punto de no retorno.
  • El relato del “narcoestado” (ahora con respaldo jurídico en la jurisprudencia extraterritorial de Estados Unidos) viene a complementar el pentagrama discursivo del “Estado fallido” (violación de DDHH, “dictadura”, colapso económico y de servicios, inseguridad, crisis humanitaria, libertad de expresión, presos políticos, etc.), forjado durante cuatro años de guerra contra la población.
  • Muy probablemente esta narrativa sea la que calibre el tono de la opinión pública hacia Venezuela, los tiempos políticos y su engranaje dentro de los planes contra el país, en un contexto caótico del Estado profundo gringo. Sobre todo en cómo tratar la cuestión venezolana como un “problema regional” y excepcional, en su condición de amenaza para la seguridad de los Estados Unidos.
  • Mientras tanto se siguen ocultando las complicidades políticas y los actores empresariales involucrados en minar el tejido social venezolano, con el objetivo de seguir colocando el foco de responsabilidades sobre el Estado (que también es el chavismo y el gobierno) como el único culpable de la situación actual.
  • El shock social bajo el cual se pretende obligar a la población a ser protagonista de su propia desgracia, del desmantelamiento de lo político y de sus golpeados sistemas de protección, como ocurrió en Siria o Libia.
  • En el frente interno la plataforma del antichavismo se encuentra estancada, con poca capacidad política de aglutinar una agenda común.
  • Debido a esto los principales cabecillas de las fracciones de mayor peso (Julio Borges por PJ y Freddy Guevara por VP) salieron de gira internacional en busca de aumentar su perfil, intentando resolver por la vía rápida qué sector político se impondrá como el líder que captará los apoyos financieros y políticos de los poderes fácticos que gobiernan Estados Unidos.
  • La ultra criolla fue a Washington par de veces (primero Freddy Guevara, luego Lilian Tintori) en menos de 15 días, donde sostuvieron reuniones con el lobby anticubano y proisraelí (Marco Rubio, Ileana Ros-Lethinen, etc.) que ha impulsado las agresiones estadounidenses contra Venezuela desde 2014. Julio Borges, mientras tanto, fue a Brasil a reunirse con el canciller José Serra y a tener un derecho de palabra ante el Congreso de Colombia.

Hay que tomar en cuenta que Venezuela es un actor de peso en la geopolítica global

  • Pero el tono que se viene marcando es similar. Julio Borges afirma que “la democracia (venezolana) está en fase terminal”, según Lilian Tintori Thomas Shannon asevera que “el diálogo fracasó” y Freddy Guevara en su visita a Washington que es necesario una estrategia de sanciones para presionar al gobierno venezolano, antes de reunirse con Luis Almagro, con quien “actualizará” el expediente prointervención presentado el año pasado ante la OEA.
  • En lo declarativo los factores antichavistas proyectan un escenario donde cualquier acto de injerencia o agresión directa de Estados Unidos (sea por la vía financiera o diplomática, o por vías de sanciones como las aplicadas contra el Vicepresidente), son válidas y serán respaldadas.
  • Su papel de gestores de la intervención adquiere un mayor perfil, tanto así que la Constitución y los marcos institucionales que regulan la política en el país desean ser rebasados y estremecidos a totalidad, a conciencia de su imposibilidad de hacer algo por mérito y fuerza propia a lo interno.
  • Y aquí no podemos olvidar el escenario dibujado por la Federación de Rusia el 21 de enero del presente año, donde detallaba que “radicales antigubernamentales” han provocado el aumento de la retórica agresiva y se encaminan hacia la desobediencia civil.
  • La ultra criolla ha convocado a una movilización el 18 de febrero (convocatoria que hasta ahora no es compartida por PJ y demás partidos de la MUD), en la cual el objetivo posiblemente a perseguir sea el de un acontecimiento dramático o conmocionante (“el muertico necesario”) para de esta forma colocar en la cartelera mediática global la necesidad de intervenir en la situación venezolana de forma directa por parte de “la comunidad internacional”, con la narrativa del “narcoestado” como nuevo telón de fondo. Mucha más urgencia y mayores expectativas de un desenlace final, trágico e indeseado por la mayoría de la población.
  • O bien que sirva para la aceleración de condiciones que produzca una reedición de la revolución de color conocida como “La Salida”, que le daría una mayor intensidad a esa solicitud.
  • Este sería el giro que se necesitaría para ordenar y canalizar en un mismo movimiento los contactos que han tenido Mauricio Macri y Pedro Pablo Kuczynski con el presidente Donald Trump, reseñados por la prensa internacional, sobre Venezuela. Como también para azuzar la exigencia del lobby de los ex presidentes españoles de que la OEA expulse a Venezuela.Y este movimiento también tiene su correlato mediático: 158 notas negativas han sido publicadas contra Venezuela en medios impresos y digitales españoles desde las sanciones del Departamento del Tesoro.
  • Todo enmarcado en una ofensiva que, nuevamente, nos acercaría al escenario de “injerencia destructiva” anunciado por la Federación de Rusia (las sanciones del Departamento del Tesoro fueron el puntapié inicial), pero centralizado desde la OEA, y con el apoyo de los lobbys y poderes fácticos que deciden los movimientos de la política exterior norteamericana, independientemente de lo que piense el nuevo presidente de Estados Unidos.
  • El conflicto venezolano no puede entenderse sin sus implicaciones geopolíticas e internacionales. El plan de destituir al chavismo del poder está decidido desde 1998. Sólo que ahora Venezuela no es sólo un país sudamericano, sino un actor clave en la nueva geografía del poder global, timoneada por Rusia, China e Irán. Y sin lugar a dudas eso es un factor disuasivo para medir qué tanto están dispuestos a arriesgar, a lo interno y externo.
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