El destino del elefante - Marco Missiroli

Publicado el 26 abril 2019 por Rusta @RustaDevoradora

Edición: Siruela, 2013 (trad. Carlos Gumpert)Páginas: 218ISBN: 9788415723950Precio: 21,95 € (e-book: 9,99 €)Leído en versión original (Il senso dell’elefante, Guanda, 2012).
Después de disfrutar Actos obscenos en lugar privado(2015; Salamandra, 2018) –una novela excelente sobre la educación sentimental de un hombre en el último tercio del siglo XX, con un rico sustrato de la mejor tradición cultural francesa y norteamericana–, me interesé por el resto de la obra de Marco Missiroli (Rimini, 1981), que, aunque tenga la edad en la que muchos comienzan, ya ha publicado seis novelas y tres libros de relatos. Con su título más reciente, Fedeltà(2019), aún no traducido, se ha incorporado al catálogo de la prestigiosa editorial Einaudi y se ha confirmado como uno de los escritores italianos más relevantes de su generación. Pero no quiero adelantarme. Hoy le toca el turno a El destino del elefante (2012; Siruela, 2013), la novela que precede a la maravillosa Actos obscenos. Sin ser tan madura, se trata de una buena historia, fluida y precisa, que aborda algunos de sus motivos recurrentes, como la indagación en la psique masculina, la paternidad y las relaciones sentimentales.A diferencia de Actos obscenos, en la que la introspección del narrador resulta fundamental para narrar su formación, El destino del elefante es una novela de naturaleza más coral, que recrea un vecindario del Milán contemporáneo. Está escrita en tercera persona, lo que permite desplazar el encuadre de un personaje a otro. El principal, Pietro, es un exsacerdote maduro de Rimini, que se instala en Milán para ocuparse de la portería. Tras colgar los hábitos, comienza una nueva etapa, y enseguida se gana la confianza de los vecinos, entre los que se encuentran un abogado que parece saberlo todo de todos, y la viuda Paola, que cuida de su hijo Fernando, discapacitado. No obstante, es otro vecino quien despierta la curiosidad del portero: el doctor Martini, casado y padre de una niña. Pietro entra a escondidas en su piso y sigue sus movimientos. No tarda en darse cuenta de que el matrimonio está en crisis y el médico vive entregado a su trabajo. Pietro, que no ha perdido esa cualidad del sacerdocio de saber escuchar al prójimo, intentará acercarse a él.La obsesión por el médico no es el único secreto de Pietro. Fuera del vecindario, tiene a una amiga, Anita, una mujer que regenta una tienda de ropa: tras tantos años en la Iglesia, ella le aconseja de qué colores vestir; una asociación bien encontrada. Anita no solo lo ayuda en lo relativo a la ropa; conoce lo que inquieta a Pietro, se convierte en su apoyo en esta fase que empieza, quizá incluso en algo más. Por otro lado, en la narración se intercalan fragmentos del pasado sobre una chica, apodada la «bruja», que se confiesa a un joven Pietro vestido con hábito. Poco a poco, los hilos de la historia convergen y las piezas del rompecabezas encajan. Tal vez peca de previsible, pero no importa, porque lo cuenta bien y sin trampas. El autor va dando pistas al lector, de tal manera que el «misterio», si se puede denominar así, no está tanto en lo que oculta Pietro (se desvela pronto, sin enredar más de la cuenta) como en la forma en que logrará cerrar ese conflicto. Ah, y en lo que vivirá mientras tanto.

Marco Missiroli

El título toma la idea del elefante como animal protector, que cuida no solo de sus hijos, sino de los de los demás, aunque no compartan lazos de sangre. Pietro, en calidad de portero, se preocupa por todos los vecinos; el doctor, además de por la familia, se desvive por sus pacientes; hasta el abogado, tan atento, es una suerte de patriarca para la comunidad. Por El destino del elefante desfilan personajes solitarios, desamparados, peculiares, enfermos; personajes, en fin, en busca de una segunda oportunidad, de una pertenencia que hallan en el vecindario. Este libro celebra la amistad, la solidaridad, la imperfección que nos hace únicos, el buen humor. Es un libro sobre la posibilidad de cambiar, de empezar de cero; conmovedor y agradable.Al fin y al cabo, todos llevamos a un vecino rarito dentro.