"el destino nos ata y nos desata" es el título del nuevo poemario de juan calderón matador publicado por ediciones cardeñoso (vigo) agosto 2012‏

Publicado el 10 septiembre 2012 por Asilgab @asilgab
Título: El destino nos ata y nos desata
Autor: Juan Calderón Matador
Género: Poesía
Editorial: Ediciones Cardeñoso, (Colección: Raíces de Papel-Poesía)
Páginas: 88
Juan Calderón Matador nos muestra en su octavo poemario, "El destino nos ata y nos desata", un canto al amor sublime, esa búsqueda perenne de la persona que nos complementa, a la que no siempre logramos encontrar, o no conseguimos completar con ella el círculo de aquello que en origen se nos encomendó realizar juntos. Según la teoría del autor, nos vemos abocados a afrontar una reencarnación tras otra, con la obligación de buscarnos y encontrarnos, a veces con una leve memoria de existencias anteriores otras sin una sola señal que nos indique la dirección de búsqueda, hasta que esas misiones se vean plenamente realizadas. En ese marco, con una playa como escenario, el protagonista del poemario intuye que ese día y a esa hora se producirá el reencuentro con el ser amado. No sabe si en esta ocasión vendrá a su vida como mujer o como hombre, pero tiene muy claro que aceptará su amor, sea cual fuere su apariencia. Esas vivencias y circunstancias, que el poemario guarda con celo y mimo entre versos de gran altura y madurez, novedosas imágenes y metáforas enriquecedoras, tendrá que descubrirlas el lector, que es, en definitiva, el destinatario de los poemas.
Ediciones Cardeñoso. Plataforma Cultural Raíces de Papel
BREVE MUESTRA DEL POEMARIO
PRESENTIMIENTO El que fuiste ya había pertenecido a otro pecho que nunca supo amarlo, a otro vientre donde dejó más vidas, y llegaste hasta aquella que un día fui cargado de cadenas y temores.
Hoy quiero recordarlo porque una voz me dice que vienes de camino y este desasosiego, que puebla las veredas que hay en mi corazón, no es más que algún mensaje que me envías.
Me pregunto cuál es tu nuevo rostro, si serás Él o serás Ella, pero no hay inquietud en la impaciencia, porque tengo aprendida la lección y sé que hemos de hallarnos para cerrar el círculo que no supimos concluir entonces.