AL FILO DEL MAÑANA
data: http://www.imdb.com/title/tt1631867
Los universos alternos y los loops temporales están de moda en el cine de estos días, sea para la ciencia ficción o una comedia romántica. Y debemos decir que pese a lo usado del recurso, sigue funcionando. Una buena muestra es “Al filo del mañana”, la versión norteamericana de una novela gráfica japonesa, que podría definirse como un híbrido de “El día de la marmota” con “La Guerra de los Mundos”.
El mundo está en guerra contra una raza alienígena que se cargó Europa continental y está en camino de poner su pie sobre Londres. La invasión ha ido de derrota en derrota hasta lograr la primera victoria en Verdún, de mano de una soldado que se ha convertido en la cara de la guerra. Ella es Rita Vrataski, el Ángel de Verdún o la Perra de Metal como la llaman las tropas. Quien manipula su imagen, es un publicista, Cage, con cargo de oficial pero sin ninguna experiencia bélica. Cage es la antitesis de Rita. Y tiene la mala suerte de enfurecer a un General que lo manda al frente de batalla en lo que será el Día D de la invasión. Cage cae en el campo de batalla como millones de humano, con la única diferencia que antes de hacerlo mató, casi involuntariamente, a un alienígena que lo manchó con su propia sangre.
Y entonces, Cage despierta en el primer minuto de ese día, con la memoria de la batalla. Por algún extraño truco, Cage va a vivir una y otra vez ese día, que resetea sólo con su muerte. Ésa es la idea del filme: un pésimo soldado es la clave para detener una guerra perdida. Sólo tiene que morir una y otra vez, para aprender en cada día reseteado, lo suficiente para lograr aniquilar al enemigo.
Lo interesante de “Al filo del mañana” es que quien guía los pasos de Cage es Rita, su contracara. Y en la pila de días sumados, uno sobre otro (siempre el mismo, siempre distinto) Cage se enamorará de Rita. Se enamorará tanto de ella que su objetivo variará: ya no será sólo ganar la guerra. Será ganar la guerra y lograr que ella se mantenga viva. Porque, tal vez, para Cage no importa salvar un mundo sin Rita.
Hay otra interesante idea en el filme, relacionada con la posibilidad de la reencarnación. Tal vez consideremos desgraciadas nuestras circunstancias por no tener memoria de eventuales vidas vividas. Si esta vida es única, todo lo que nos sucede se vuelve insoportable. Cada oportunidad perdida, cada persona muerta, cada decisión equivocada, amarga el final del día. Pero si existe la posibilidad de resetear el día (o la vida, cambiarla por otra, volver al juego), todos aquellos eventos que creímos trascendentes, se vuelven vulgares. Nada es tan malo, ni siquiera la más cruenta de las muertes. Nada es tan importante tampoco. La mera existencia se desluce en la repetición infinita. La repetición implica aprender. Pero lo único que se aprende es lo poco importante de la existencia. Vale reflexionar en esa paradoja: si el juego es repetitivo, deja de ser valioso; si el juego es único, es angustiante.
Otro toque de color es la observación de que la estupidez del ser humano está siempre a la vanguardia, aún en situaciones tan críticas como el fin del mundo. Las reacciones de los militares, el morbo de la prensa, los asesores de imagen, no ceden ni aunque los alienígenas campeen a sus anchas por Europa. Siempre hay un tiempo para la estupidez, la manipulación, el intento de zafar a costa de otros. Los primeros minutos del filme refleja bien ese mundo pavote, al punto de pensar si vale la pena salvarlo de la destrucción. En el derrotero de Cage se ve ese crecimiento personal: es uno de esos estúpidos, pero la sucesión de vidas, el morir y el vivir, una y otra vez (aunque sean menos de 24 horas), le ha dado una madurez que no tenía al empezar la película. Cage termina mirando más por los otros, poniendo en riesgo su vida por la sobrevivencia del resto. Ha crecido y es mejor persona al final del día.
En una de las escenas críticas del filme, Cage se enfrenta al tozudo General que lo mandó al frente. No hay revancha en él. Sólo la necesidad de hacerle comprender lo que significa esa repetición infinita y lo que planea el enemigo. “Usted no está mentalmente preparado para él. Y nunca lo estará” advierte Cage con la seguridad de aquel que ha vivido lo suficiente. Hay gente que no puede superar su propia matriz mental. Y Cage ha tenido la suficiente sabiduría para superar la suya y reconocer el límite en los otros.
Una de las fortalezas de “Al filo del mañana”, además de su historia y su sólido guión, es la pareja protagónica. Tom Cruise, un actor ideal para esta clase de historias futuristas. Y Emily Blunt, una de las actrices con una de las miradas más profundas de la pantalla. Gran parte de la tensión romántica entre Cage y Rita se transmite con miradas. En ese intercambio, Blunt se lleva la parte del león. Pero la última mirada (y fotograma de la película), corresponde a Cruise. Y es un bonito broche para esta muy buena película.
Mañana, las mejores frases.