En principio este día pretende ser un día especial para reconocer todo lo que papá hace por su familia, y darle las gracias, ponerlo de relieve y tener un detalle con él. Pero en ningún sitio está escrito que haya que ponerle precio a ese agradecimiento.
Este día, como el día de la madre o cada vez más el día de San Valentín, se convierten en festividades en las que se ha creado la obligación de comprar un regalo, sin que muchas veces ni siquiera lo cuestionemos, y lo que es peor, sin que se necesite el objeto que se regala.
Un regalo hecho a mano, con cariño y respeto, tal y como hemos propuesto aquí en otras ocasiones, puede ser sin duda un regalo mucho más adecuado para un día como hoy en la que padres, hijos e hijas deben tener todo el protagonismo, y no una corbata, un reloj o cualquier otro artículo que podemos adquirir cualquier otro día.
Además, en muchas ocasiones cuando se compra un regalo para papá, es una persona adulta, por lo general mamá, quien se encarga de su elección y compra, dejando únicamente la entrega para los niños y las niñas, que como decimos deben ser en realidad los protagonistas de esta jornada junto a su padre.
Es sin duda una oportunidad de demostrar que un regalo no tiene por qué ser necesariamente algo que hemos comprado, y como decíamos sobre todo si es algo forzado. Que no es necesario caer en el consumismo ni dejarnos “seducir” por la publicidad para hacer feliz a una persona a la que queremos.