El día en que dejé de ser Mafalda

Por Dshopping @d_Shopping_net

Sorry Jacinta: un paraíso gastronómico en Punta Medio escondido entre árboles y con el resplandor de velas invitándote a ingresar, está Sorry Jacinta. El acogedor restó surgió de la mente y corazón de Gustavo, un encantador anfitrión que te recibe como quien recibe amigos en casa. Si bien conocía el restó via Facebook, en vista de que charlamos por una sorpresa que tendrán mañana, nunca había tenido la oportunidad de ir hasta la noche del sábado, y debo admitir que fue una grata sorpresa!. Ya de solo ver el cartel que te recibe en la puerta donde se exhibe un “Sorry Jacinta” sabes que algo diferente te espera, con un nombre tan llamativo el interior no puede defraudar, y no lo hizo! Al ingresar la luz de las velas en las mesas tiñe de calidez el lugar y te va poniendo en clima. Vajilla diferente, seleccionada cuidadosamente; copas antiguas, una deco y ambientación diferentes, donde se percibe que hasta el último detalle se tiene en cuenta y se cuida. Debo admitir…siento debilidad por la vajilla y cristalería vintage, mucha debilidad!, y allí encontré mi paraíso!. Una mesita pequeña e íntima nos esperaba a mi hermana y a mí, ideal para esas charlas amenas y casi cómplices. Y un frasquito con caramelos tentaba desde la mesa a ambas, que dulce detalle! Tuvimos el placer que Gustavo nos sugiriera platos y la selección fue magnífica! Comenzamos con una sopa de calabaza, ideal para el frío que se avecina!; de la sopa solo resta decir que es LA sopa que haría que Mafalda cambiara su pensamiento (y el mío)! Una delicia, suave y fantástica textura! Y ni hablar de las foccacia calentitas que nos trajeron de aperitivo, en compañía de unas berenjenas en escabeche, berenjenas que no alcancé a probar por lo encantada que quedó mi hermana con ellas  Plato principal…que difícil elegir!!!! Tantas cosas con pinta de ser sabrosas, “ok ok probamos algo ahora y nos queda la excusa de volver” nos dijimos Mi hermana optó por un pescado con salsa de mostaza Dijon y brochette de verduras, quedó sin palabras! Y shhhh…le robé unas verduritas y tenían un sabor riquísimo y para nada insulso como a veces pasa en otros lugares. Mi elección: canelones de masa de espinacas y relleno de calabaza, por Dios! Que delicia! La masa tan esponjosa y casi soufflé como prometió Gustavo! Y aún más apetitosa que su narración que de por si te hacía agua la boca.  Porción generosa y como no se le puede decir que no a la generosidad…tuve que hacerle frente a lo que me trajeron jeje, la salsa rosa delicada y suave bañaba ese festín sin nada de carne!, creo que de contárselo a mi madre no me cree que solo comí platos con vegetales, con comida así me vuelvo ovo-lacto-vegetariana sin pensarlo! Deliciosos canelones, tal vez los más sabrosos que he comido en mi vida, y totalmente livianos, no como a veces que pruebas un plato fuerte pero te arrepientes de haberlo comido, aquí no pasa eso…ves platos consistentes y que en tu paladar se funden los sabores para ser un festín, para comer sin arrepentimientos! Que momento…elegir el postre!…lo elegí yo, para compartir, sin darle la opción a mi hermana y debo admitir que fue “road to perdition” ese fue su nombre y en verdad un camino sin retorno hacia la perdición gastronómica! Entre nutella, frutas frescas y helado entre otros ingredientes, pasó nuestro postre presentado en un plato que lo hacía más tentador aún! Ya a esa altura no sabías si pedir un café (cosa que hicimos) o preguntarle a Gustavo si te podías quedar de por vida allí! quizas a algunos les parezca una locura mis palabras pero les juro nunca me había pasado de encontrar un local uniera todo: ambientación, excelentes platos, buen servicio (las chicas unas genias y siempre con una sonrisa), buenos precios y el sentirte como en casa de amigos, a veces encuentras buenos lugares pero no que cumplan con todo esto. En Sorry Jacinta encontramos eso y más, vale la pena conocerlo! Y más aún porque es un emprendimiento de todo el año!, una oportunidad de disfrutar del “pack” completo en Punta del Este y que no es solo en verano, podemos continuar disfrutándolo incluso en alguna escapada entre semana en las frías noches de invierno y a precios de Maldonado. Sin lugar a dudas volveremos y más aún por el broche de oro que fue la copita de arancello que nos fue brindada al final de la velada. Y con ese sabor en la boca nos despedimos de Sorry Jacinta con ganas de hacer un bis! FanPage de Sorry Jacinta en FB click aquí Hasta el próximo post!, xoxo

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El día en que dejé de ser Mafalda

Autor:

Maria Zipitria