El día que Franco Gemma nos apeó de Suiza 54

Por Francisco Lobato
Nuestro artículo de hoy va sobre uno de esos pasajes poco conocidos de la historia de nuestra selección nacional de fútbol. Quizás sea poco conocido por las generaciones jóvenes, pues nos remontaremos a 1954, pero de seguro inolvidable para nuestros padres o abuelos que lo vivieron. Y es que el devenir de España por los terrenos de juego durante sus 95 años de historia ha estado salpicado de éxitos y de decepciones prácticamente a partes iguales. Es en una de esas decepciones, la de la fase de clasificación para Suiza 54 en la nos adentraremos hoy, y donde la fortuna y la mano inocente de un joven italiano de nombre Franco Gemma nos impidieron participar en el mundial.
No teníamos mala selección por aquel entonces, no podemos olvidar que hasta nuestro título de campeones en Sudáfrica 2010 con el gol de Iniesta, el gol más importante en nuestros campeonatos del mundo fue el de Zarra en el legendario estadio de Maracaná durante Brasil 50, donde la selección finalizó como 4ª clasificada, nuestra mejor marca histórica hasta el citado 2010. Pero sólo necesitamos esperar 4 años para pasar de nuestro mayor éxito hasta la fecha a una nueva desilusión.

Franco Gemma dilucidando el pase de España al mundial de Suiza 54


La fase final de Suiza 54 sería disputada por 16 equipos, que tendrían que salir de las 39 federaciones nacionales participantes en la fase de clasificación, Uruguay como campeona y Suiza como organizadora estaban clasificadas automáticamente, lo que dejaba 14 vacantes para 37 equipos. Choca el número de aspirantes cuando actualmente, sólo en Europa, participan 52 federaciones. Así las cosas, los 14 puestos se repartirían en 11 para Europa, 1 para Sudamérica, otro para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe y otro más para Asia. Como pueden comprobar, sin noticias de África u Oceanía.
Se sortearon 10 grupos en la zona europea, como pueden imaginar, con selecciones de países ya extintos o, incluso, con regiones con tanta autonomía como el Protectorado de Sarre, que contó con selección propia para la disputa de esta fase. De los 10 grupos, 9 eran de 3 equipos de los que clasificaba el primero y uno de 4 equipos, en concreto las 4 selecciones británicas que disputaban el British Home Championship y del que se clasificaban el primer y segundo puesto.
España quedó encuadrada en el grupo 6 junto con las selecciones de Turquía y de la Unión Soviética, pero, alegando cuestiones políticas, los soviéticos declinaron participar en la fase de clasificación, dejando el billete para Suiza en manos de españoles y turcos. Lo de renunciar a participar en este tipo de eventos o en Juegos Olímpicos por razones políticas fue una constante entre los países durante buena parte de la segunda mitad del siglo pasado, y es que el deporte no pudo ser ajeno de ningún modo a los años del Telón de Acero y de la Guerra Fría.
De este modo sólo Turquía se anteponía entre España y su participación en el mundial. Aunque no era un país europeo desde el punto de vista geográfico, estaba inscrito en la fase clasificatoria del Viejo Continente (como actualmente) al igual que Israel, Egipto o Siria, que al final se retiró. En estas fechas, los otomanos no sabían lo que era jugar un mundial, al contrario de España, que ya había disputado dos copas del mundo: Italia 34 y Brasil 50 y por tanto, contaba con más experiencia.
El primer capítulo entre hispanos y otomanos tendría lugar el 6 de enero de 1954 en Madrid en el actual Santiago Bernabéu, aunque por aquellos años denominado Nuevo Estadio Chamartín. No tuvo mucha historia aquel partido en el que los nuestros barrieron a sus rivales por 4 - 1. Venancio abriría el marcador con un gol que fue contestado poco después por el turco Recep, que empató el partido. Ya en la segunda parte los tantos de GaínzaMiguel Alsúa II dieron buena cuenta de Turquía y cerraron el marcador. Una victoria cómoda que situaba a España a un sólo partido del mundial de Suiza.

España en el primer partido contra Turquía (06-01-1954)
Arriba: Argila, Lesmes I, Campanal, Segarra, Bosch, Puchades, Carmelo
Abajo: Miguel, Alsúa II, Venancio, Pasieguito y Gainza


La vuelta tendría lugar un par de meses más tarde en Estambul, concretamente el 14 de marzo, en el Mithat Paşa Stadium. Aquel día, el seleccionador español Luis Iribarren alineó a Carmelo, Segarra, Biosca, Campanal II, Puchades, Pasieguito, Miguel, Venancio, Kubala, Alsúa II y Manchón. Destaca, como podemos ver, la inclusión de Ladislao Kubala en el once titular. Nacido en Hungría, Kubala tenía nacionalidad española y ya había jugado algunos partidos con la camisa de nuestro país, pero las trabas que continuamente ponía la federación húngara para su alineación con España dificultaba su participación con España.
Cuentan quienes vieron el partido que fue uno de los peores disputados por España en años, de ahí la derrota por 1 - 0 con gol de Burhan. Por sentido común, atendiendo a la diferencia de goles entre equipos, lo normal es que España se clasificase como primera, recordemos que los partidos eran de liguilla, no de eliminatoria. Pero por aquel entonces no estaba reglamentado el tema del golaverage, ni el valor doble de los goles fuera de casa, ni nada por el estilo que impidiera lo que iba a suceder, tener que disputar un partido de desempate en un campo neutral.
Por tanto, con una victoria para cada selección se hizo necesario lo que en la FA Cup se denomina como replay, un partido de desempate entre los equipos contendientes de Turquía y España. Éste tendría lugar sólo 3 día después del encuentro de Estambul, en el Estadio Olímpico de Roma. Aquel 17 de marzo no comenzó bien para España, puesto que la FIFA impidió la alineación de Kubala, de hecho, el que fuese presidente de la RFEF y por aquel entonces directivo de la FIFA, Armando Muñoz Calero declaró: la Nacional sabía que el jugador no podía actuar ni en Turquía ni en Roma, además aclaró: si España hubiera ganado en Estambul, se hubiera dado el triunfo a los turcos por alineación indebida.
La prohibición llegó oficialmente poco antes de comenzar el partido, cuando Gómez Zamalloa, miembro de la RFEF dio a conocer la llegada de un telegrama que le había entregado Ottorino Barassi, comisario de la FIFA en ese partido a la vez que presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC). Aún así, la llegada de ese telegrama, su contenido y sus consecuencias son algo difusas como bien se describen en el artículo Kubala (II) Roma y los tiempos de Franco de Fernando Carreño en MARCA.
Sin poder contar con Kubala y con la idea de introducir piernas frescas en el partido, Luis Iribarren decidió introducir algunos cambios en la alineación, que quedó conformada por Carmelo, Segarra, Biosca, Campanal II, Puchades, Gonzalvo III, Arteche, Venancio, Pasieguito, Escudero y Gaínza. De hecho, Pasieguito no iba a jugar de inicio puesto que Gonzalvo iba a ocupar su lugar, pero la imposibilidad de contar con Kubala lo llevó a la titularidad.
En su crónica del partido para ABC, Lorenzo López Sancho comentaba: Solo en el primer cuarto de hora jugaron con ardor y velocidad los representanies hispanos, entre los que destacó Campanal, Lo cierto es que España comenzó bien, tanto es así que a los 11 minutos Arteche batió por raso al portero otomano Turgay tras un balón recibido de Segarra. Pero 14 minutos más tarde el partido empataría de la mano de Burhan, quien ya hiciera diana en el partido de Estambul y que aprovechaba un buen contraataque. Mal partido de los nuestros que aún así marcaron gol antes del descanso de la mano de Pasieguito, pero que fue anulado por una falta durante la jugada.
Comenzó la segunda parte y, según las crónicas, España continuaba con la dinámica de la primera parte, agarrotada y sin profundidad, frente a una Turquía inferior, pero fuerte en los marcajes individuales y con peligro en las contras. A los 17 minutos el infortunio golpeó a España, un tiro de Suad rebotaba en Biosca desviando la trayectoria del balón y haciendo imposible la estirada de Carmelo. Turquía se adelantaba y España quedaba fuera. Pero en este momento es cuando Campanal se erige en el corazón de la selección y comienza a tirar del equipo desde atrás, de este modo, en una de sus intervenciones provoca un córner que es lanzado por Gaínza, y que tras las intervenciones de Arteche y Venancio era rematado a gol por Escudero. Alegría en las gradas del estadio romano que albergaba en torno a los 50.000 espectadores tras un 2 - 2 con el que finalizarían los 90 minutos reglamentarios, a pesar del incesante empuje, sin suerte, de España.
El partido se fue a la prórroga, donde el empate no se movió, pero donde hubo ocasión para la polémica. Fue nuevamente en un córner lanzado por Gaínza, cabeceado por Venancio y llevado a la red por Escudero como España hacía gol y se adelantaba, pero que el árbitro anuló alegando una mano del delantero español que pocos en el campo pudieron apreciar. Por tanto, el gol fue invalidado y la prórroga llegó a su fin. En el año 54 aún no existían tandas de penalties, por lo que la única solución para resolver el empate era el sorteo, así pues, tras tres partidos, el encargado de disputar la fase final de Suiza sería designado por la fortuna.
Media hora después de finalizado el encuentro, a las 18:30h un joven italiano con los ojos vendados era el encargado de extraer del fondo de una copa el papel con el nombre del país clasificado. El esperpento tuvo lugar en la sala de actos del Estadio Olímpico ante los ojos de directivos de las distintas federaciones implicadas y de numerosos periodistas. Para desilusión española el bambino de mano inocente y de nombre Franco Gemma extrajo la papeleta turca clasificando a esta selección para un mundial por primera vez en sus historia.
Al día siguiente los medios de comunicación españoles se hicieron eco de la noticia, por ejemplo, Mundo Deportivo declaraba en su portada:
Los reglamentos mandan en toda competición deportiva y, en esta ocasión, se han cumplido al pie de la letra, toda vez que estaba ya previsto que en caso de empate y su persistencia tras prórroga de medía hora, debía efectuarse un sorteo entre ambos equipos. Este reglamento había sido aceptado por todos los países y se ha cumplido estrictamente lo que él señala y ha puesto en práctica la FIFA. Pero esto no impide poder decir que este reglamento sea absurdo. Lo mismo si España hubiera sido la afortunada en sacar la papeleta favorable. 
Este procedimiento ha sido, ya, desechado en las grandes competiciones de otros deportes para casos de desempate, acudiendo a fórmulas más lógicas. 

Portada de Mundo Deportivo del 18 de marzo de 1954


Por su parte, ABC con una portada dedicada completamente a la foto del muchacho italiano extrayendo la papeleta, titulaba: España, eliminada por "una mano inocente" y describía de forma resumida:
Éste fue el final. Una "mano inocente" no más nefasta que los veintidós "pies inhábiles" ni que el criterio selectivo que inició los desaciertos del episodio. Poco después de terminar el tercer encuentro, con su correspondiente prórroga, entre Turquía y España, con un empate a dos tantos, siguiendo lo dispuesto en el reglamento del Campeonato Mundial de Fútbol, y ante los directivos de ambas selecciones y el representante de la FIFA, Sr. Barassi, un muchacho, llamado Franco Gemma, vendados los ojos, extrae de un recipiente la eliminación definitiva de España de la competición. Así desaparecieron las esperanzas renacidas en la afición española, desengañada después del resultado adverso en Estambul.

Portada de ABC del 18 de marzo de 1954


Esta fue la historia de una fase de clasificación tan corta y tan larga, a su vez, para la selección española, que tendría que esperar a Chile 1962 para volver a jugar una fase final de un campeonato del mundo de fútbol, del que fuimos campeones 56 años despues. Aún así, aunque amargas, no está de más recordar nuestras viejas historias.
Fuentes:https://es.wikipedia.org/wiki/Copa_Mundial_de_F%C3%BAtbol_de_1954
https://es.wikipedia.org/wiki/Clasificaci%C3%B3n_para_la_Copa_Mundial_de_F%C3%BAtbol_de_1954
http://www.marca.com/blogs/tirandoadar/2013/01/10/kubala-ii-el-telegrama-de-roma.html
http://librodenotas.com/elultimopartidodegeorgebest/21424/el-nino-que-dejo-a-espana-sin-mundial