Hoy iba a ser un día de esos que hacen, crean, alegran la historia. Hoy Alex y José María iban a tener su gran día, el de su boda. Pero no una boda cualquiera. Iban a convertirse en la primera pareja homosexual de Latinoamérica en contraer matrimonio. Pero la denuncia de "un particular" y la decisión de una jueza, han suspendido el evento. Hoy iba a ser un día para la historia, la de un mundo marcado por la homofobia, el racismo, el machismo, que iba a darle el sí al amor.
¿Y qué si el amor es entre dos personas del mismo sexo? ¿Quienes somos para poner trabas a la felicidad ajena? El día de mi boda, ayer hace tres años y siete meses, fue un día perfecto. No sé cuán duro podría haber sido que el día anterior un juez suspendiera la ceremonia porque un desconocido alegara, por ejemplo, que un español no debería casarse con una costarricense.
Hoy es el día mundial de la lucha contra el SIDA. Los dos novios son portadores del VIH y su boda iba a ser además una reinvindicación a favor de esta lucha, contra la discriminación y el miedo. Por eso quizá discriminamos a quienes son diferentes a nosotros: por miedo. Nos da miedo lo que no entendemos, lo que no nos han enseñado a ver como "normal" (si es que lo normal existe), lo que la religión dice que es pecado. Entiendo que nos de miedo el SIDA, por eso luchamos contra él, pero no entiendo que nos de miedo el amor. Y lo combatimos como si fuera lo mismo.
Hoy iba a ser un día en el que un acto de amor iba a ser el símbolo de un pasito pequeño hacia un gran cambio en nuestra mentalidad. Pero la homofobia de "un particular" ha logrado que ese día no sea.