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“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticos

Publicado el 10 mayo 2017 por Marianleemaslibros
“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticos
“Llevo más de dos horas conduciendo hacia el fin. Hacia mi final. Mirando atrás, no me arrepiento de ninguna de las decisiones hasta llegar aquí, hasta este mismo momento.
Creo que nadie debería arrepentirse de sus decisiones. Debe aceptarlas, vivirlas, pedir perdón cuando proceda, pero nunca arrepentirse. La vida se compone de momentos fútiles, insignificantes decisiones tomadas por tu yo particular en cada instante, de manera más o menos meditada, pero siempre es uno quién las toma.
Nadie toma las decisiones por uno. Nadie me ha obligado a hacer lo que voy a hacer, pero sí se han dado las circunstancias adecuadas para que mi yo, mi ser, decida acabar con todo hoy” “EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticosEl día que se perdió la cordura no fue el día en el que la policía detuvo a un hombre desnudo por el centro de Boston un 24 de diciembre, con una cabeza ensangrentada en la mano, no…
Camino por la calle tranquilo, con la cara desencajada y la mirada perdida. Todo parece que va a cámara lenta. Miro hacia arriba y veo cuatro globos de color blanco alzarse alejándose hacia el sol. Mientras ando escucho gritos de mujeres y noto cómo la gente a lo lejos no para de mirarme. A decir verdad, me parece normal que me miren y griten, al fin y al cabo, estoy desnudo, cubierto de sangre y llevo una cabeza entre mis manos. La sangre ya está casi seca, aunque la cabeza aún sigue goteando lentamente. Una mujer se ha quedado paralizada en mitad de la calle al verme. Casi suelto una carcajada al ver cómo se le cae la compra al suelo
La cordura se perdió diecisiete años atrás, en Salt Lake, cuando la familia de Steven (su mujer Kate, y sus dos hijas, Amanda y Carla) acude allí como cada verano a pasar unos días de vacaciones. Steven ya nunca podrá olvidar el día en el que lo perdió todo, y a todos, no solo a Amanda, desaparecida sin más de un día para otro.  
Porque ahí se originó todo. Justo el verano que llegué allí, se desencadenaron una serie de acontecimientos que dieron lugar, años más tarde, a que estemos tú y yo aquí esta noche, en Salt Lake.
Stella Hyden, experta en perfiles psicológicos del FBI, es la policía encargada de interrogar e investigar el conocido como el caso del “decapitador” en el centro psiquiátrico donde está recluido junto al director del centro, el doctor Jenkins.
Su mirada no denotaba arrepentimiento ninguno. Lo que más me ha inquietado, sin ninguna duda, ha sido esa maldita sonrisa
Cuando Jacob, que así se llama el susodicho presunto asesino, decide ponerse a hablar, le contará a Stella su sorprendente historia,  sobre cómo conoció a Amanda, su amada Amanda, su desaparición y de cómo ha intentado seguirle el rastro y lo que ha descubierto en el curso de todos estos años transcurridos desde aquel fatídico verano y de cómo y porque se ha convertido en un “decapitador”, o no…
¿Se conocerá algún día lo que le ocurrió verdaderamente a Amanda? “EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticos“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticos“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticosJavier Castillo nació en Málaga (1987). Es (o era, porque ahora ha decidido cambiar los números por las letras) consultor de finanzas, está casado y reside en Fuengirola.
Curiosamente planificó y escribió esta novela en los trenes de Cercanías, durante el trayecto de cuarenta minutos que hay desde su domicilio a su trabajo en Málaga.
El día que se perdió la cordura (Suma de Letras, 2017) fue superventas en Amazon durante muchos meses, y es la primera parte de una serie que probablemente quede finalmente en solo dos novelas, según cuenta en esta entrevista concedida al diario El Mundo.
“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticosEl día que se perdió la cordura es un libro del que se ha hablado en casi todos los medios de comunicación y que casi todo el mundo conoce. Y es que antes de ser publicado en papel, antes de que una editorial se interesara por él, en Amazon ya llevaba varios meses ocupando los primeros puestos de ventas y cosechando un montón de buenas críticas y recomendaciones.
De hecho, creo recordar que escuché hablar de este título por vez primera en la radio, en uno de esos programas sobre libros que tanto me gustan. Y pensé…, éste tengo que leerlo. Y así ha sido, en cuanto he podido hacerme con él.
Curiosidades que me gustaría mencionar y que el autor nos cuenta en esta entrevista:
-- El hecho de haber escrito esta novela en el trayecto del Cercanías, camino al trabajo. En esta otra entrevista, Javier Castillo nos cuenta:
“Sí. Tardé seis meses en planificarla. Y un año en escribirla. Y hay un personaje, Steven, que es un pasajero del tren que siempre coincidía con mi horario y que me ayudó para las descripciones físicas sin él saberlo. No lo he vuelto a ver desde entonces, pero le mando un abrazo”.
 --Que la historia que nos narra en la novela, surgió a raíz de un sueño que tuvo Javier y que se convirtió al final en el germen del argumento.
“Fue un sueño. Vi a un hombre desnudo por la calle, que llevaba la cabeza de una mujer en la mano y que decía que faltaba un día para Navidad”.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Si, el libro me ha gustado. Es de esos que te atrapan desde sus primeras páginas y te incita a seguir leyendo sin tregua, sin pausa.
La pega que le encuentro es que el argumento es bastante enrevesado, y hay algunas cosas que me han sonado en principio un poco increíbles, como por ejemplo y para que me entendáis, el hecho de que una mente perturbada, consiga reunir a un grupo de locos y convencerlos de que las personas con los nombres que ha soñado, tienen que morir, porque así está escrito, predestinado,  y que además curiosamente todas sean mujeres, ningún hombre entre ellos...
A veces el destino quiere jugar con nosotros, o reírse de nosotros, pero a veces ese mismo destino nos pone a prueba para que nos demos cuenta de que existe

O que alguien te diga que para recuperar a un ser querido desaparecido, debes dedicarte a matar a otras personas, hasta que se te ordene y te dediques a hacerlo durante muchos años. No sé…, no me cuadra.
Qué he hecho? ¿En qué me he convertido? ¿En una simple marioneta? ¿En un títere más? ¿Igual que Steven? ¿Quién soy? Una vida sin vida, unos sueños sin sueños, un amor perdido para acabar convirtiéndome en un juguete con el que seguir masacrando vidas. ¿Eso es lo que soy? ¿Cómo he podido caer en esta maldita trampa?

Y luego, algunos detalles de la historia que no me han quedado nada claros, pero supongo que en las siguientes entregas se atarán bien atados todos los cabos.
En definitiva y a pesar de estas pequeñas pegas, os lo recomiendo, sobre todo porque es una novela entretenida, que muy probablemente conseguirá engancharos y dejaros con ganas de más.
Porque...
“Fatumest scriptum”, el destino está escrito.
MI nota en esta ocasión es la máxima:
“EL DÍA QUE SE PERDIÓ LA CORDURA” de Javier Castillo, un thriller con toques románticos

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