Según el cronograma de IMDb, la comedia satírica llegará a la Argentina el 9 de agosto próximo, tres meses después del desembarco masivo programado en países del hemisferio norte. Hasta entonces sobrará tiempo para revelar giros argumentales que buscan llamar la atención del público.
Además de reincidir con Charles, Baron Cohen también se reencontró con Ben Kingsley después de haber trabajado juntos en La invención de Hugo Cabret. Los acompañan John C. Reilly, Megan Fox y B.J. Novak, cuyos rostros reconocibles compensan el anonimato de un elenco numeroso.
Paramount Pictures y United International Pictures son las distribuidoras encargadas de exportar el producto o, según reza una primera síntesis promocional, “la heróica historia de un dictador que arriesga su vida para que la democracia nunca llegue al país que oprime con tanto amor”. El dato confirma las sospechas fundadas en los anticipos difundidos con la debida autorización, en el mencionado sitio oficial y en el antecedente de Borat: Sacha y Larry son menos irreverentes de lo que prometen, sobre todo cuando les toman el pelo a los aliados en general y a los norteamericanos en particular.
Mientras avanza la campaña de prensa, algunos tememos la irrupción de alguna pieza gráfica o audiovisual que asocie esta película con El gran dictador de Charles Chaplin. Aunque suena muy burda, la ocurrencia no puede descartarse del todo en una dupla cuya pretendida incorrección política ya se diluyó una vez en un ejercicio de provocación obvia y a veces complaciente.
Ojalá este pronóstico apresurado sea un error, y The dictator sepa prescindir de las viejas fórmulas hollywoodenses sobre villanía for export. Ya sabemos cuán malvados y burlables son Chávez, Ahmadineyad, Jong-un, Castro y todo jefe de Estado que se les parezca; con suerte Baron Cohen y Charles habrán evitado el gag trillado en una sátira realmente atrevida y original.
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PD. A fines de 2011, medios especializados y secciones de Espectáculo también anunciaron que Baron Cohen se quedó con el papel de Monsieur Thénardier en la adaptación cinematográfica del musical Los miserables, que Tom Hooper (el mismo realizador de El dicurso del rey) ya empezó a filmar. En cambio nada dijeron sobre el proyecto de encarnar a Freddie Mercury, que parece sin futuro después de haberse estancado en abril del año pasado.