¿Cómo pasar de Dios a demonio en poco tiempo? El Atlético de Madrid está pasando un verano convulso, y prueba de ello es la situación de su jugador estrella, o de una de sus grandes estrellas. Diego Forlán, el otro “jugador franquicia” de los colchoneros, tuvo un final de temporada negro, enfrentado con el entrenador, y casi no entraba ni en las convocatorias, habiendo sido nombrado Mejor Jugador del Mundial de Sudáfrica y uno de los máximos goleadores del torneo. ¿Y qué pasa con el Kun? Pues lo del argentino es bien distinto. Es el típico caso de jugador “asociado”. Hace tiempo dijo que no se iría del Atlético, y menos al Real Madrid. Pero cuando acabó la temporada de clubes, el pequeño delantero sorprendió diciendo: “Me quiero ir, y me quiero ir”. ¿Destino? Pues Real Madrid, Chelsea, Manchester City, FC Barcelona… Tampoco hay que comerse la cabeza en eso, porque cualquier equipo no puede pagar su cláusula.
Y, ¿qué tiene Kun con el Atlético para que este dilema sea tan gordo? Mirando el lado positivo, hay que decir que cuando llegó al Calderón, Sergio Agüero compartió vestuario con otro “niño”. Uno lo era por la edad, y el otro por su apodo. Desde ese instante, la unión entre el Kun y los colchoneros se convirtió casi en un matrimonio. Pero como ya se sabe, hay algunos matrimonios que no duran toda la vida, y palabras que pueden romperlos. Y Sergio Agüero dijo esas palabras prohibidas.
Así que, si la próxima temporada vemos a Kun de rojiblanco, puede que ocurra como con Reyes, que esté siendo pitado durante mucho tiempo. Pero, quizás, si ven que sigue y que rinde, esos pitos se tornen en aplausos. ¿Y si al final viste de blanco? Pues no le quedará más remedio que aguantar el mal rato en el Calderón.