El dilema de presentarse a una boda

Por Internautabipolar

Actualmente a mis cuarenta y cuatro años de edad, cada vez que recibo una invitación de boda es como si me dieran un tiro por la espalda; es tal la tesitura a la que nos enfrentamos mi esposa y yo que llegamos a pasar un rato muy desagradable.

En la última boda celebrada recientemente por uno de mis primos, la cual fue de alto postín pues él es un reconocido futbolista de primera división y la novia también es hacendada.

Lista de bodas


nunca acepta un no por respuestaComo con ella no se podía discutir, zanjó el tema esperando verme el día de la boda y no tuve más remedio bajo mi pesar que asistir a la misma.

No fui con mi esposa Cynthia; pero me sentí acompañado por Héctor y mi cuñada además de mi sobrino y mi abuela. Aunque lo cierto fue que cuando me encontré con los novios cara a cara me sentí incómodo.

La boda se conmemoró por la iglesia en el pueblo de la novia, para mas tarde celebrarlo en un banquete en un famoso complejo hostelero en las afueras.

Salón de boda

Por fin mi hermano y familia me dijeron que se retiraban a lo que aproveché para hacer lo mismo. Nos fuimos despidiendo uno a uno de cada familiar allegado, así como de los novios y respondiendo a las típicas preguntas de rigor (esas que te sacan de quicio), intentando poner tu mejor cara.

Baile nupcial

Actualmente ha transcurrido un año desde entonces y me acabo de enterar que en Junio se casa mi primo José (el hermano del futbolista) y que ya hemos recibido la correspondiente invitación a la misma.
La invitación la he recibido por parte de mi abuela y previamente me ha sugerido que llame por teléfono a mi tía y hable con ella. De entrada si el año pasado me encontraba mal económicamente este no lo es menos y mi esposa ya me ha anunciado por adelantado que yo haga lo que quiera pero que me busque cualquier excusa ya que ella no piensa asistir. Y es que si yo me siento incómodo en las bodas, Cynthia se siente cien veces más y ya me ha dicho que prefiere quedarse en casa que gastarse una pasta en vestidos, maquillaje y peinados para guardar las apariencias.

Así pues, de nuevo tendré que enfrentarme a mi tía e ir a la boda solo y quedar como un estúpido ante los demás o rechazar el ofrecimiento de ella y enfrentarme a su desprecio…