Por otro lado, está el dilema que si se enferma y no estaba vacunado, entonces eres responsable de cualquier cosa que le pase. En ambos casos, la realidad es que hay una responsabilidad.
Estos días lloré como loca porque en la guardería de Adrián me pidieron el informe de las vacunas. Debía llevar una hoja certificada por la pediatra de que mi nene tiene todas las dosis recomendadas para su edad.
Admito que he sido descuidada en ese asunto. Las que tiene se las puse todas tarde. El temor que a mi hijo le de una enfermedad por culpa de las vacunas me aterraba.
Después de varios días de ansiedad y llanto, busqué información legal para evitar que me obligaran a vacunarlo. Afortunadamente, en Puerto Rico existe un proceso legal que impide que tu hijo sea vacunado si cumples con ciertas normas.
Me pidieron la hoja de vacunas para ver cuáles ya tenía en su cuerpecito. Resulta que las tenía al día. La próxima dosis es a los cuatro años.
Respiré muy profundo porque sentí alivio, por el momento. Sigo aterrada por las consecuencias.
Y tú, ¿tuviste temor a la hora de vacunar a tus hijos? ¡Cuéntame!
Foto: Vía photopin/JordiGomara