El Dios Chacal

Publicado el 29 julio 2021 por Snow30759

 El panteón egipcio, con sus gerolíficos y sus detalles dorados, sus misterios y sus dioses ancestrales es un capítulo de la historia de la humanidad que nunca dejará de cautivar y asombrar a todo el género humano. 

 Representado como un humanoide con cabeza de chacal y cuerpo humano o como un perro con pelaje azabache, Anubis es una de las deidades que integran el conjunto de dioses del antiguo Egipto. Es asociado con la resurrección, la fertilidad, la vida renovada y sobre todo la muerte.

 "El señor de la tierra sagrada"


 Los chacales solían merodear por los cementerios de la antigüedad y los egipcios, espantados por la idea de que  pudiesen profanar algún cadáver que; de acuerdo a sus creencias debían ser conservados para poder sobrevivir en el más allá; acudieron precisamente al dios con cabeza de chacal, Anubis, para que cuidara de sus campos santos.

 A lo largo del Imperio Antiguo(2700 a.C 2200 a.C) Anubis fue el gran dios de los difuntos, presidiendo con solemnidad la ceremonia del juicio de los muertos. Sin embargo durante el Imperio Medio (2200 a.C 1800 a.C) el papel como divinidad del inframundo se le otorgó a Osiris y Anubis pasó a ser el guía de las almas mortales , el guardián de las necrópolis y a desempeñar  un nuevo e inportante rol como dios momificador .

 "Señor de los secretos de embalsamamiento"


 Anubis fue convertido en el responsable de ocuparse del cuerpo de los difuntos durante la ceremonia de embalsamamiento luego de desempeñar un papel destacado en la momificación del mismísimo Osiris. Desde entonces es siempre representado de pie junto al lecho de la momia, trabajando en el cuerpo. 

Durante este proceso los sacerdotes llevaban máscaras de chacal para personificar a Anubis y repetían cánticos y oraciones invocándolo hasta que la momia era colocada en el féretro.

 Anubis presidió el juicio de los muertos y era un rostro presente en la ceremonia del peso del corazón, que sentenciaría la entrada del alma al reino de los difuntos. Siempre cercano a los egipcios que no temían a su apariencia animalesca pues su figura los acompañaba tanto en la vida como en la muerte.