El discurso mágico sobre los emprendedores tiene consecuencias nefastas para el empleo

Publicado el 24 abril 2012 por Trinitro @trinitro

Hace unos días escribía sobre algunos errores en el discurso público sobre los emprendedores. Existen los que apuestan su dinero y se arriesgan creando una empresa (desde el bar Pepe, al taller de Manolo, pasando por la microempresa de TIC de turno), que lo que quieren es poder acceder al crédito, no tener que sufrir un agobio de papeleo y poder no quedar excluido de por vida si el negocio sale mal (que suele ser lo más probable). Por otro lado hay un discurso más amplio que suena mucho más, el discurso botigueta de “emprendedores” que hace tiempo que dejaron de emprender y buscan ventajas corporativas y de bloqueo, que impiden que esas empresas crezcan porqué se afianzan en su nicho de mercado buscando ventajas competitivas no reales (por ejemplo, pidiendo un régimen laboral distinto para sus trabajadores). Y por último están una legión de políticos, opinadores, periodistas, etc.. que sobre el emprendimiento tienen un pensamiento mágico. El anterior artículo ya me sirve para aclarar estos conceptos y no profundizaré ahora.

El pensamiento mágico es el que está en boga, se hacen apologías al emprendedor, que este nos sacará de la crisis, los amigos de la Cepyme dicen que ellos son los que generan el empleo y que la pequeña empresa debe ser protegida y ayudada. Gracias a las empresas pequeñas y a los emprendedores, saldremos de la crisis. La ministra de trabajo parece que se lo ha tragado, porqué una de las cosas que hace la reforma laboral es poner en una ventaja competitiva a la empresa pequeña y micro frente a la mediana y la grande. Mientras la primera puede hacer lo que le dé la santa gana con sus trabajadores o con el convenio colectivo, la mediana y grande al tener más representantes sindicales tiene que negociarlo. Lo del contrato emprendedor ya es algo que dejo para que lo analice un antropólogo especializado en tabús y rituales mágicos.

Sí, la mayor parte del empleo lo genera la empresa pequeña y microempresa, aquí y en Alemania (donde no hacen apuestas absurdas por la microempresa), pero apostar por ellas no nos va a hacer salir de la crisis, y de hecho nos hace tener un sector económico más volátil, menos robusto y unas empresas tan pequeñas que son incapaces de introducir flexibilidad interna para poder sobrevivir o readaptarse. Simplemente no hay acumulación de capital humano y económico para hacer empresas competitivas. Como veremos en los siguientes datos, aunque no hay casi ninguna economía donde la microempresa no represente más del 90% del tejido empresarial y que entre la pequeña y la microempresa, incluso en Alemania (donde el peso de las grandes corporaciones es el más alto de toda Europa) superan el 96% de toda el tejido empresarial, la presencia de un porcentaje mayor de empresas medianas y grandes hace la economía más robusta y resistente a las crisis.

Veamos los datos, publicados por Eurostat:

La primera gráfica muestra el % de empresas de tamaño medio y grande (50 o más trabajadores) y de tamaño grande (250 o más trabajadores), en la segunda el peso de las empresas micro (menos de 10 trabajadores). Como podemos ver las empresas micro son las que dominan absolutamente el mercado laboral, incluso en el paraíso de las grandes corporaciones como es Alemania.

Aún así hay claras diferencias, entre Alemania e Italia, el peso de las microempresas en el conjunto de firmas es de 12 puntos, y entre el peso de las medias y grandes en Alemania, más del 3% es más de 6 veces superior al peso de estas empresas en Italia que solo llega al 0,5% de las firmas.

Los cracks de la economía del mediterráneo, Portugal, España e Italia son los países de la muestra que no superan el 1% de las empresas medianas y grandes.

Desde el pensamiento botigueta vienen a quejarse de que las empresas medias tienen muchas servidumbres (tienen que pagar según convenio, las relaciones laborales está más reguladas) y que por eso no se hacen empresas medias. Paparruchas, las servidumbres sindicales y laborales de una empresa mediana y grande en Alemania ensombrecen cualquier servidumbre que tenga una empresa de tamaño medio o grande española, en UK la presencia sindical en la empresa pequeña es invisible por su propia legislación, mientras que en España o en general en la europa continental eso no es así (los convenios son de aplicación general a los diversos sectores, ser afiliado no depende de tener sección sindical en tu empresa, los sindicatos son representativos en sectores y no solo para las empresas).

Lo que hay son incentivos para mantenerse como microempresa o empresa pequeña, hay ventajas extrañas que a corto se perciben (acceso a ayudas a la contratación, etc..) y ahora con la reforma laboral más agravada, pero que a largo lastran la economía. También hay una cuestión cultural y social que es importante, las legislaciones laborales españolas e italianas son algo diferentes, la segunda se parece más a la alemana en cuestiones de despido, mientras la primera se parece más a la francesa, los sindicatos italianos son organizaciones sociales muy fuertes (al estilo francés) y los españoles se parecen cada vez más a los sindicatos alemanes, más centradas en ser instituciones del mercado laboral y orientadas más a la negociación colectiva en todos los sectores.

La cultura también importa. El excesivo peso del discurso del comerciante, la empresa familiar, la “botigueta” en las patronales de las Pymes italianas y españolas es una cosa presente. Hay partidos en España totalmente botiguetas (CiU es el paradigma de la defensa de privilegios corporativos de la pequeña empresa), igual que hay políticos en Italia a nivel regional totalmente alineados con ese pensamiento. También los incentivos económico-sociales son parecidos, buen clima, buena situación geográfica, entorno amigable = pocos incentivos para innovar y agrupar. La cultura familiar también es importante, nuestra protección la hemos basado en la familia, no en la comunidad.

De ahí que se explique claramente donde en países donde el clima no es tan benigno, donde sin la comunidad era muy difícil prosperar se crearan sociedades con redes de colaboración de mayor complicidad, que en Suecia, Finlandia, Noruega (o en menor medida Islandia) sean innovadores y a la vez tengan una sociedad cohesionada y aspiren a que su sector público sea fuerte, hay fuertes motivos detrás sociológicos de todo ello. De ahí se hereda un sistema económico y un sistema de incentivos para las empresas y su tamaño.

Otro aspecto es el path-dependence, Alemania siempre ha tenido una tradición de grandes industrias nacionales, igual que UK, mientras que en España (y temo que en el resto del arco mediterráneo) lo que se han construido es grandes lobbyes que aprovechan las ventajas competitivas que les pueda dar la relación clientelar con el poder, en especial durante los 40 años del franquismo. Durante 40 años no valía la pena intentar hacer una empresa grande ya que si no tenías buenos contactos con el régimen te iban a ningunear y fastidiar, si te convertías en una amenaza para algún oligarca seguramente te comenzarían a buscar problemas.

Los valores culturales y sociales se transmiten por tierra mar y aire. No son inocuos, el problema no es que España o Italia esté llena de españoles e italianos para poder hacer empresas de tamaño grande, es que los valores sociales de italianos y españoles, su tradición histórica, y también (pero no únicamente) sus incentivos institucionales (que terminan emanando de esos valores) les hace menos probable que una empresa se agrupe con otra para hacer otra de mayor tamaño o de que los empresarios decidan dar el salto corporativo.

Y todo esto tiene consecuencias nefastas para el empleo y para resistir la crisis. Veamos como se han comportado en % de población empleada (más interesante que las tasas de desempleo para analizar la capacidad de crear riqueza y que de esta participe más gente).

Como ya sabíamos las empresas grandes son más productivas y tienen mayores márgenes para generar riqueza, crear empleo, adaptarse, exportar, etc… Eso las hace más capaces de generar más riqueza durante las épocas de bonanza y también durante las crisis. ¿Es eso así?.

Veamos la gráfica, también del Eurostat. Ordenados en el mismo nivel, vemos que la tasa de empleo sobre población en edad de trabajar es más alta en general en los países con empresas más grandes. La productividad y capacidad de generar riqueza se traslada también de las empresas grandes a las pequeñas, ya que estas son clientes de las segundas, y los trabajadores de las primeras también son clientes de las pequeñas, la economía es un mar de relaciones, y cálculos relativos a empresas grandes del sector industrial indican que un puesto en una empresa grande termina generando de forma indirecta otros 10 puestos en el tejido productivo pequeño. La única excepción es Portugal.

No hay una correlación directa entre las tasas de empleo y el peso de empresas de tamaño medio y grande, pero sí que que es un factor explicativo (otros pueden venir ligados a la capacidad de reclutar trabajadores de grupos sociales menos activos como pueden ser las mujeres, o la entrada tardía o no en el mercado laboral de los jóvenes, la edad de jubilación media, etc..).

También vemos que a pesar que en los países analizados (excepto Finlandia y Bélgica, aunque esta última la tasa era relativamente baja) las tasas de ocupación han caído, en los países donde era alta ha caído menos que en los TOP-3 de la lista, España, Portugal y en menor medida Italia (aunque allí la tasa de ocupación era la más baja, están a un nivel muy subóptimo de creación de riqueza).

La excepción puede ser Alemania, en este caso, explicado porqué sus principales clientes (basicamente la periferia de la zona €) de sus exportaciones están muy tocados (de ahí que el apoyo de Alemania y Francia a la eurozona periférica sea también una tabla para solventar sus propios problemas, y que como Krugman avisa, Merkel está suicidando la economía alemana al mantener la tesis de la austeridad). Aún así, es preferible tener los problemas de Alemania, Reino Unido, Holanda o Finlandia, que los problemas de Bélgica, España, Francia, Portugal o Italia. Es evidente que postcrisis las economías que siguen generando más riqueza son las que tienen capacidad de tener más empresas de tamaño más grande.

Por tanto cuando volváis a escuchar a un político, opinador o todólogo de turno decir que la salida de la crisis vendrá por los emprendedores y sigáis viendo que se generan más y más incentivos para que sigamos teniendo más y más microempresas, por favor tiradle un huevo. Se lo habrá ganado.

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