Esta vez, la policía política acudió a una ley inexistente en otro lugar del planeta, la de “peligrosidad social predelictiva”, que los cubanos conocen popularmente como “peligrosidad”, y que se creó para encarcelar a los que no laboraran o no pudieran justificar el sustento económico.
Su “delito” real es el tema de sus canciones: crítico al sistema totalitario.
Aquel artista que no cree odas a la dictadura es un enemigo potencial, y si abres la necesidad de ser honesto, entonces convocas la fiesta del diablo, y tu vida se convierte en el juego de unos militares a quienes les pagan por cometer trampas, injusticias y asesinatos contra aquellos que los enfrenten.
Ha comenzado para Maikel Oksobo su penar por las prisiones cubanas; ojalá que aproveche ese tiempo para crear letras que le aporten paz a su conciencia, en definitiva, su único delito.
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión Unidad de Guardafronteras. La Habana. Febrero de 2015.