Este tipo de dolor, para el cual no se consigue identificar una causa concreta, puede llegar a suponer verdaderas limitaciones para las personas que lo padecen. Podríamos incluir aquí el caso de la fibromialgia, un dolor generalizado que aún resulta un gran desconocido.
Si buscamos una explicación psicológica para este trastorno, podríamos plantear que muchas personas que sufren de dolor crónico pueden llegar a beneficiarse de él. Es el caso de aquellos que se ven favorecidos gracias a la atención que reciben de los demás (reforzamiento positivo) o los que dejan de asumir ciertas responsabilidades dada su condición de enfermos (reforzamiento negativo). Ambas situaciones mantendrían el cuadro.
Se cual sea el origen, parece demostrado que el aumento de la percepción de control sobre la situación, una buena capacidad de afrontamiento y el uso mantenido de ténicas de relajación y distracción conllevan mejoras significativas para este problema.