Días después el dolor cesó y el renacuajo al fin pudo salir del agua convertido en una fabulosa rana saltarina.
Sentía un tremendo dolor en sus costados. No tenía idea de por qué, sólo sabía que le dolía. Durante su infancia le habían dicho que ese momento llegaría, que en algún momento lo notaría. Aun así, era tremendo dolor el que sentía. Estaba dentro del agua y anhelaba salir; demasiado tiempo dentro; demasiado tiempo queriendo salir. Pero el dolor era intenso, paralizante, de una espesura tal, que apenas lograba mover ni una sola parte de su cuerpo.
Días después el dolor cesó y el renacuajo al fin pudo salir del agua convertido en una fabulosa rana saltarina.
Días después el dolor cesó y el renacuajo al fin pudo salir del agua convertido en una fabulosa rana saltarina.