Grandes jugadores argentinos admirados generación tras generación, que el tiempo los convierte en estrellas mundiales, el legendario Alfredo Di Stéfano fue el pionero, tras él, Diego Armando Maradona, con una técnica sobresaliente, y hoy en día, y casi sin discusión, Leo Messi, juego de diversión e inspiración, y en los 70, Mario Alberto Kempes la estrella que acompaña a Di Stéfano, a Maradona y a Messi, con un matiz importante que le hizo peculiar y único… el gol.
Un joven jugador argentino comienza a llamar la atención en Rosario Central en 1974, un año antes ya había despuntado en el Instituto Atlético Central de Cordoba, donde hizo la friolera de 78 goles en 81 partidos por la Liga cordobesa, con Rosario marco 25 goles, en 25 partidos en el torneo nacional del 74 y se convirtió en el goleador del campeonato.
El secretario técnico del club, Bernardino Pérez Elizarán, conocido como Pasieguito, fue el que le echo el ojo, en un Valencia que se quería renovar en 1976, a través de crónicas y fotos, se enamoro de aquel muchacho que ya había jugado con la Selección Argentina, en el Mundial del 74, con 19 años, y había hecho dos goles en el estadio de Wembley en un amistoso.
Su seguimiento principalmente lo hacía a través de una revista llamada “El Gráfico” en Argentina, no lo conocía personalmente, ni tan siquiera lo había visto jugar, pero se animo a hablar con el entonces presidente Ramos Costa dándole luz verde para hablar con el director técnico de Rosario Central José Ricardo De León y con el propio Mario… y todo salió perfecto. El traspaso iba a costar 50 millones de pesetas… El diamante en bruto estaba en casa.
El 4 de agosto de 1976, el consejo de administración del ValenciaCF aprobó un presupuesto para la temporada que estaba a punto de comenzar de 317.645.000 pesetas. La elevada cantidad presupuestada mostraba que la directiva presidida por José Ramos Costa estaba decidida a gastar el dinero que fuera necesario para construir un equipo campeón, dirigido por Heriberto Herrera.
Llegó a Valencia precipitadamente, ese verano el Valencia se había convertido en el equipo de moda en el fútbol español, había fichado a Lobo Diarte del Real Zaragoza por una cantidad desorbitada para aquellos tiempos, setenta millones, récord absoluto de la época, a José Carrete del Real Oviedo, a Ángel Castellanos del Granada, a Juan Carlos del Hércules, también fueron recuperados del Alavés el guardameta Carlos Pereira y el delantero Miguel Ángel Adorno, y ascendió al primer equipo el defensa del Mestalla, Ricardo Arias, estaba armando un equipo que salía con vocación de competir al máximo.
Kempes fue el último que llegó y se intento que debutara lo antes posible, y así fue en el Trofeo Naranja, no siendo nada fácil los comienzos, haciendo dos partidos muy malos, pasando prácticamente desapercibido en el terreno de juego, quedándose la afición muy decepcionada.
Su adaptación fue rápida, y con el Matador en el césped, se iba a soñar con una nueva Liga, En la temporada 1976/77 iba a ser el máximo realizador con 24 tantos, repitiendo titulo de Pichichi en la 1977/78, esta vez, con 28 goles, sus impresionantes cambios de ritmo, sus conceptos del fútbol, su tremendo disparo asombran en nuestro balompié, nadie hasta entonces había marcado tantos goles en nuestra Liga.
Su debut oficial en Liga, no pudo coronarse mejor, fue en Mestalla, el 5 de septiembre de 1976, bajo un clima de expectación y de cierta incertidumbre, frente al Celta de Vigo, 2-0 fue el resultado final, ambos de Kempes, el primero en el 46’, tras un centro de banda de Fernando Tirapu, y el segundo en el 65’, tras gran jugada entre Adorno, Diarte y el propio Kempes… se empezaba hacer historia.
El Valencia empleó una táctica de 3-4-3 y está fue la primera alineación; Pep Balaguer, José Cerveró, Jesús Martínez, Pepe Carrete, Angel Castellanos, Fernando Tirapu, Enrique Saura, Johnny Rep, Lobo Diarte, Miguel Ángel Adorno y Mario Kempes.
Tras un comienzo excepcional, el mal juego y unos resultados que no acompañaban al equipo, fue destituido Heriberto Herrera, en la vigésimo tercera jornada, Pasieguito se hizo cargo del equipo en el siguiente partido, antes de que Manolo Mestre tomó las riendas una semana más tarde. El Valencia terminó la competición en la séptima posición de la tabla, quedando fuera de los puestos europeos.
Arranca la temporada 1977/78, la del Mundial de Argentina, la segunda de Kempes, donde emerge ya como la gran figura del fútbol español, su progresión es indudable, marca 28 goles en la Liga, nuevamente Pichichi y luego vendría su coronación definitiva, el broche de oro, siendo campeón y el máximo goleador del Mundial con seis tantos, marcando dos en la gran final ante Holanda.
Ha destacar la cuarta jornada de Liga, celebrada el 24 de septiembre de 1977, frente al Hércules, noche calurosa y llenazo en Mestalla, especialmente por la atracción que despertaba el debut de otro argentino, Felman, pero el encuentro se convertiría en un auténtico show Kempes, que estuvo en todas partes, lo mismo en el centro del campo, posición que le asigno Marcel Domingo esta temporada, como eje del equipo, en la defensa achicando algún que otro balón cuando se aproximaban los alicantinos, o delante, con esa facilidad portentosa que le distingue para rematarlos. Fue un auténtico festival Kempes, que materializó cuatro de los seis tantos de su equipo. Hubo flamear de pañuelos en su honor.
También la jornada 26, celebrada el día de San José, frente al Real Madrid, donde el Valencia pudo anotarse una victoria de dimensión histórica, pudieron haber sido cinco o seis, en un estadio lleno a rebosar celebrándose el día del club y la recaudación supero los 22 millones y medio de pesetas, marcando un récord en las taquillas. Kempes, a pesar del pegajoso marcaje que sufrió, fue una auténtica pesadilla para la defensa madridista, fallando muchas ocasiones de gol, algunas muy claras, pese a todo, termino marcando el segundo y definitivo gol de penalti, en el 54’.
En la jornada 30, celebrada el 8 de abril de 1978, se produjo la goleada de la temporada, 7-0 frente al Rayo Vallecano, volvería a destacar por sus goles bellos y antológicos, en una segunda parte de festival Kempes, que marcó los cuatro tantos finales en un prodigio de oportunismo, de habilidad y de sentido de la colocación… Era otra vez, el Kempes de las grandes ocasiones.
En la penúltima jornada, tras vencer al Betis por 4-2, pasaba a ser segundo desbancando al Barcelona, otro formidable partido del astro argentino, con jugadas excelentes y tres goles más, marcados en los minutos 45’,56’ y 62’ del encuentro. En la última jornada se perdió 1-0 frente a los culés y finalmente se cayo al cuarto puesto, volviendo tras un lustro, a competición europea.
En Valencia, y más tras el fracaso de la selección, todo el mundo se puso la camiseta albiceleste, y los goles de Kempes, que llegaron en la segunda fase, fueron el argumento definitivo. Fue el único jugador de los 22 que llevo César Luis Menotti, que jugaba fuera de la liga Argentina. Una anécdota fue que su dorsal el 10 le tocó por orden alfabético.
Fue el icono del Mundial, ese gesto suyo con los brazos abiertos, la melena al viento, galope, ritmo, estética y… Gol. En estos momentos, sin duda alguna, era el mejor jugador del mundo, el rey del fútbol mundial, su cotización subió muchos enteros, pero no dejo de ser una persona humilde, sumiso, sencillo, cordial, quizás superado por el éxito, pero siempre tuvo los pies sobre la tierra… Su acceso a la gloria fue fulminante. Fue renovado por cinco años y 75 millones de pesetas.
En la tercera temporada la 1978/79, el Valencia se reforzó con Rainer Bonhof, estrella del gran Borussia de los años setenta y de la selección alemana, el Matador marco tan solo 12 goles en toda la liga, destacando el primero que hizo en el campeonato en Mestalla, fue un magistral tiro de falta directa en la segunda jornada ante el Barcelona celebrada el 9 de septiembre.
Las cosas no le salían igual que en pasadas temporadas, un abismo de por medio… No encontraba puerta, pero quizás corría más que el año anterior, su posición más retrasada, las defensas lo marcaban más, el contacto físico era más evidente… Lo paraban como hiciera falta. En la jornada 25 fue destituido Marcel Domingo, tras la derrota en el Molinón, el 25 de marzo, por 2-0, y es sustituido por Pasieguito. Al final del campeonato la posición fue la séptima, sin opciones de Europa.
En la Copa de la UEFA se llegó hasta octavos de final, tras el empate a uno en Mestalla, los británicos del West Bromwich ganaron el partido de vuelta por 2-0, el 6 de diciembre, dejando apeado al club che y perdiendo toda esperanza de un titulo europeo.
Pero esta temporada iba a traer una gran alegría, y esa era la Copa del Rey, donde llegó a la final, disputada en el Vicente Calderón, ante el Real Madrid, y que venció por 2-0 el 30 de junio de 1979, vestido con los colores de la senyera y con 25.000 valencianistas presentó la siguiente alineación: Manzanedo, Carrete, Cerveró, Botubot, Arias, Bonhof, Saura, Castellanos (Tendillo), Kempes, Solsona, Felman.
Los dos goles los iba a marcar Kempes, y con su pierna mala, en el 24’ y el 89’… Fue el hombre del partido, memorable su actuación, él solo desequilibro al equipo merengue, fue un partido para la historia. Pero no hay que olvidar la gran remontada que hizo en octavos de final ante el Barcelona, tras perder el 28 de febrero en el Camp Nou, por 4-1, se dio la vuelta en Mestalla en una jornada memorable el 18 de abril, por 4-0.
Pasieguito jugó sus cartas con valentía y astucia, y colocó a tres hombres en vanguardia, dejando a Kempes una función más creadora y de apoyo… No marcó, pero hizo un partido grandioso, espectacular, una actuación para enmarcar, como apunté, a los 25 minutos de la segunda parte Kempes tuvo en sus botas anticipar el 4-0 en un balón perdido por De la Cruz que cazó el argentino en el centro del campo y, viendo adelantado a Artola, picó con gran inteligencia y picardía prácticamente desde medio campo, enviando el balón ajustadísimo al palo y saliendo finalmente fuera. Hubiera sido un gol de maestro, la jugada hizo enloquecer a los aficionados.
En la cuarta temporada 1979/80, donde el entrenador es Alfredo Di Stéfano, marco 22 tantos en el campeonato de Liga, acabando tercero en la clasificación de goleadores, por delante Quini con 24 y Santillana con 23 goles.
No empezó muy bien la Liga el equipo che, con tan soló tres puntos, en los primeros cinco partidos, y ni una victoria en su haber, antepenúltimo en la tabla, pero si cabe destacar un golazo en el Molinón, de forma espectacular y acrobática del Matador, en la quinta jornada celebrada el 14 de octubre.
Otra belleza estética y de dominio de balón, sería en la siguiente jornada en Mestalla, que supuso la primera victoria del equipo frente al Burgos por 3-1, llevaba su rubrica, tras un control con el pecho, fuera del área, el balón con la pierna izquierda, lo pasa a la derecha y dispara un zambombazo imponente, esté tipo de goles acaba con la crisis de cualquier equipo. Participo activamente en los otros dos goles, he hizo un partido colosal.
En la Liga el equipo quedó en sexta posición, con 35 puntos, los mismos que el Athletic de Bilbao, en una temporada en la que el Real Madrid conseguía el título de nuevo. En la Copa del Rey el Valencia fue eliminado por el Sporting de Gijón en la primera eliminatoria copera, lo cual supuso un importante fracaso ya que el equipo che defendía su título
Pero está temporada iba ser importante su papel en Europa, tras ser el actual campeón de Copa, disputaba la llamada “Copa de Campeones de Copa” o simplemente “Recopa”, trofeo que durante 39 temporadas, disputaron los vencedores de las competiciones de Copa Nacional de los diferentes países europeos.
En este torneo iba a ser el máximo goleador, con nueve tantos, marcando goles muy importantes para alcanzar tan preciado torneo. Destaca una anécdota en la primera eliminatoria, en su partido de vuelta frente al BK 1903 de Copenhague, equipo batallador y rudo, celebrado en Mestalla, el 3 de octubre, los jugadores daneses tan solo salir al terreno de juego buscaron a Kempes para hacerse fotos con él.
La siguiente eliminatoria, la de octavos de final frente al Glasgow Rangers, fue heroica, tras el empate en casa a uno, con otro soberbio gol de falta de Kempes, que desde la corona del área la envió directamente al fondo de las mallas sin que pudiera hacer nada el portero McCoy, venció por 1-3 en la vuelta, el 7 de noviembre de 1979, en Ibrox Park, con dos goles del Matador en los minutos 43’ y 78’, siendo decisivo una vez más.
Tras dejar KO al Barcelona en cuartos de final, en semifinales volvimos a ver un soberbio Kempes. En el partido de ida jugado en el Marcel-Saupin, el Nantes venció 2-1, gol marcado a los 10 minutos de la segunda parte por Kempes, en su clásico y maestro contragolpe, y en el partido de vuelta celebrado el 23 de abril de 1980, contribuyo con dos goles más, uno de ellos genial, de vaselina, en un 4-0 rotundo que le daba el billete para la gran final de Heysel, Bruselas, de la cual sería campeón en la tanda de penaltis ante el Arsenal, el 14 de mayo, donde no brillo e incluso falló el penalti.
“Kempes está y estará en el corazón de los valencianistas,
está es su casa, está es su familia… Mil gracias Mario”.
Continuara…