Vayamos por partes y fijémonos únicamente en las fases del duelo:
-negación: es la primera y la primera reacción delante de una noticia que nos supone un trauma. Ejemplos: diagnóstico de una enfermedad fea, descubrimiento de una infidelidad, despido inesperado, etc. Todo esto tiene una solución relativa, no es la muerte, pero lo que podemos sentir nos acerca bastante a la sintomatología descrita.-ira: cabreo con la vida, con las circunstancias, con nosotros mismos... aplicado a los ejemplos anteriores. Es la hora de buscar culpables y hacer reproches... ¿¿¿Por qué???-negociación: el tiempo pasa y todo lo cura y, llegados a este punto, es hora de empezar a asumir que se ha producido un cambio y que la vida sigue. Tenemos que empezar a movernos. Ya lo estamos asimiliando. Y seguimos con los mismos ejemplos.-depresión: todo lo que nos hemos echado a la espalda durante las fases anteriores y, una vez asumido el golpe, toca llorar. Se hacen evidentes las consecuencias del proceso en nuestro aspecto físico, pero ya lo tenemos asumido. En esta fase, si todo va bien, el tiempo juega a nuestro favor, porque no se para y nos obliga a vivir, a luchar.-aceptación: ya estamos encarrilados en nuestra nueva vida. Capacidad de adaptación a la nueva situación. Somos otro y eso se refleja en nuestra situación. Volvemos a empezar y hemos aprendido de nosotros mismos.Hasta aquí las fases del duelo, que no tienen porque darse en este orden y pueden alargarse o acortarse en función de las características individuales de cada uno.Pero, ¿qué pasa si nos quedamos estancados en alguna de las fases? ¿Qué hacer si no somos capaces de continuar? Eso se traduce en un duelo patológico que requiere de ayuda profesional, pero no es lo habitual, ni lo natural. Nuestro instinto de supervivencia y capacidad de adaptación siempre pasan por delante de todo lo demás cuando la cosa se tuerce, pero hay que estar alerta y pedir ayuda si no somos capaces de superarlo o de seguir. Nuestra actitud será fundamental. La vida es demasiado corta o larga (según se mire) para desaprovecharla y hay que apostar por vivir. Sólo la muerte nos puede echar de ella... Para todo lo demás, ya sabéis, MasterCard.Saludos!
Hola a todos... Interesante post el anterior... Da qué pensar... Bueno, colándome de nuevo por aquí, hace tiempo que esperaba poder escribir sobre algo de lo que no se escapa nadie, y no es la muerte, pero va por ahí la cosa: el duelo. Todos sabemos de qué estoy hablando porque, por desgracia, todos lo hemos pasado, en mayor o menor grado. Y es curioso porque, a pesar de estar en la cultura de la vida, se ha podido establecer un patrón común a todos nosotros cuando nos encontramos ante una situación que nos impacta. Pero, ¿existe el duelo a parte de la muerte? Vamos a comprobar que sí. Normalmente, este estado lo asociamos a la pérdida de un ser querido, a un fallecimiento, pero las fases de que está compuesto y la sintomatología pueden ir ligados a otras situaciones que nos supongan un shock.