Y todo con un estilo y un lenguaje que suponen las guindas de ese homenaje, porque el autor sabe reproducir giros y expresiones propias de los tiempos del duque, dándole a éste la voz más apropiada, cuyo contraste con los personajes actuales es uno de los muchos méritos que atesora esta novela. Ese contraste no es el único valor, el humor, la ironía, el sarcasmo y la carcajada están a la orden casi de cada página. La sátira de unos tiempos que parecen volverle la espalda al amor es también recogida en los distintos episodios, así que no estamos ante una novela que lo fíe todo al humor, lo cual ya sería meritorio, sino que hay mensajes en cada situación, un cierto tipo de enseñanza sutil para quien quiera escuchar, o leer entre líneas las reflexiones de este peculiar duque.
El Duque del Altozano. Fernando CottaCVC Ediciones. 212 págs. 17’50 euros.