Quiero contaros cómo se vive un E3. Ríos de tinta han corrido ya sobre todas las novedades que se vieron en la feria, desde las meras noticias que van anunciando durante el evento, hasta esas primeras impresiones con la demo de algún juego que llegará en otoño, pasando por los clásicos artículos de opinión centrados en qué compañía “ha ganado” en la eterna batalla entre consolas. Llegado a este punto, mi intención no es añadir más leña a este fuego. En realidad, vengo a hablaros de los entresijos del E3, de las vísceras, de todo eso que no se ve y de lo que se habla poco. En definitiva, os vengo a hablar de mi experiencia al vivir un E3.
Interior del Convention Center antes de abrir las puertas del show floor.
El E3 es, sin duda, una de las experiencias más intensas que he vivido como jugador de videojuegos, es llegar al súmmum de una afición, y he tenido la posibilidad de vivirlo dos veces: vi el ocaso de una generación en la feria de 2012 y he visto el nacimiento de la siguiente en este 2013. Quiero dejar bien claro lo fascinante que es estar allí desde un buen principio, porque he vivido el evento durante muchos años desde la silla de mi habitación y me agota bastante ese estilo de discurso que gira en torno a lo cansado que es cubrir la feria.
A ver, es cierto que la feria es agotadora y que, al final, como evento destinado a profesionales, estás allí para hacer un trabajo. Mis horarios durante los dos E3 a los que he podido asistir consistían en ir a la sala de prensa a primera hora de la mañana a escribir y publicar artículos, estar dentro de la feria mientras estaba abierta y, al terminar, coger algo de comer de regreso al motel para poder seguir escribiendo hasta la hora de dormir. Pero parte del encanto de un evento así, es que sea intenso.
En este sentido, una de las novatadas que te hace un evento como este es descubrir lo poco robustas que son las redes WiFi. Los Ángeles en estas fechas está llena de gente que va a hacer lo mismo que tú y tener tal masa de gente intentando conectarse a la red provoca que todo el mundo nos acabemos quedando sin conexión porque se satura. Esto no pasa solo en la sala de prensa durante las horas punta, este fenómeno se da en las conferencias de prensa e, incluso, en el propio motel donde pasaba la noche. Lo que hacen las páginas más importantes es pagar por un módem 3G americano. Los más modestos, madrugamos para ir a la sala de prensa a primera hora o nos buscamos un Starbucks.
Haciendo cola antes de la Conferencia de Microsoft
Respecto a las conferencias, seré conciso: es un día emocionante que en ocasiones se hace muy pesado. Toca madrugar mucho y pasarte una infinidad de horas haciendo cola en el sol. Pero, en realidad, esto es como ir al teatro o a ver un partido de fútbol, es cierto que el show se ve mucho mejor en casa a través de streaming, gracias a equipos de televisión profesionales que se encargan de toda la producción, aunque no es comparable a vivirlo in situ. Estar allí tiene un encanto especial.
Una da las cosas que más me sorprendió el primer año y que he vuelto a constatar en esta edición, es el hecho de que en la feria se juega mucho menos de lo que me imaginaba. Los títulos que he probado esta edición se podrían contar, literalmente, con los dedos de una mano. Gran parte de las citas que acabas cerrando en la feria son presentaciones al estilo de las que se pueden ver en las conferencias previas, más o menos extendidas, en las que un desarrollador te cuenta lo que está pasando mientras ellos juegan.
Otro elemento interesante son los famosos booths. Dar una vuelta por el show floor es impresionante con todos los stands en plena ebullición, ya no solo por lo impresionante de sus construcciones sino por la cantidad de pantallas gigantes mostrando los últimos tráilers de la compañía, chicas repartiendo publicidad, montones de gente haciendo cola para jugar… Y esto nos lleva a lo importante que es tener la agenda bien montada.
Interior del Booth de Activision
Al final, las citas, sean de la naturaleza que sean (entrevistas, probar el juego o escuchar una presentación), son periodos en los que estás “recibiendo información”, por decirlo de alguna manera, pero siempre acabas teniendo huecos en la agenda donde no hay nada planeado. En mi caso, estos huecos los suelo aprovechar para dar vueltas por el show floor y sacar fotos de las chicas (porque seamos realistas, las entradas dedicadas a las booths babes tienen mucho éxito) y de los stands. A riesgo de parecer presuntuoso, no puedes permitirte hacer colas. Más que nada porque esos huecos no suelen ser tan largos.
Luego, también resulta curiosa la diferencia que hay entre la parte pública de los stands y las partes privadas. Como ya he dicho antes, las partes públicas suelen ser un auténtico espectáculo audiovisual, con vídeos, decoración, pantallas con el juego, etc. Mientras que la parte privada es todo lo contrario, son zonas de negocio, austeras y serias. En las zonas privadas suele haber algunas mesas y sillas donde poder improvisar alguna entrevista o donde los mandamases cierran sus negocios, algunos pequeños auditorios donde se hacen las presentaciones y, en algunas ocasiones, algunas consolas donde probar algo. Pero os aseguro que está lejos de todo lujo aparente que se pueda intuir al ver los booths por fuera.
Finalmente, para cerrar el artículo, permitidme contaros algunas curiosidades de todo el proceso previo a la feria y que creo que son parte de la razón de su éxito. Para empezar, el hecho de que ya sepamos, con un año de antelación, las fechas del próximo E3. Esto parece una tontería pero os aseguro que los grandes hoteles del downtown angelino ya deben estar todos reservados y con precios por las nubes. Al final, esto da mucho margen a todos los implicados, desde las compañías a los analistas, pasando por la prensa, para planificar cómo van a encarar el evento.
Luego, para apoyar esta visión, la ESA empieza a gestionar las acreditaciones con 6 meses de antelación y, por otro lado, también permite acreditarte en la misma feria. No conozco otro evento de estas características que trabaje con una ventana tan extensa. Además, son terriblemente efectivos en su trabajo y recibes respuesta a cualquier duda o incidencia en cuestión de pocos días.
Auditorio de Bethesda
Además, la misma organización se encarga de buscar descuentos en algunos aviones y servicios de transporte para facilitar el poder asistir. Es cierto que no son grandes descuentos y que para vuelos internacionales suele salir más barato contratarlo online por los buscadores típicos que todos conocemos. Pero bueno, es un esfuerzo que muchos no hacen. Incluso tienen una bolsa de hoteles donde, en fechas cercanas a la feria, van publicando habitaciones que están libres.
En definitiva, el E3 es un evento cuyo éxito se construye sobre los cimientos de una organización robusta que hace un gran trabajo. Luego, se diseña esa gran fachada que todos vemos a base de montones de anuncios, sorpresas y juegos; aunque el interior, que no se ve tanto, es algo mucho más serio y austero. Desde el punto de vista de un jugador, y repito lo que he dicho al principio del artículo, es un evento fascinante; es una feria en la que acabas el jueves destrozado en la cama pero con la firme convicción de que el esfuerzo ha merecido la pena y, al menos yo, volvería a repetirlo.
La entrada El E3 visto por dentro es 100% producto Deus Ex Machina.