El efecto Mateo

Por Jesús Marcial Grande Gutiérrez

Porque a cualquiera que tiene, se le dará más,y tendrá en abundancia; pero a cualquieraque no tiene, aun lo que tiene se le quitará.Mateo 13:12 
Varias son las referencias a esta idea expresadas por los evangelistas (Mateo 13:12, Mateo 25:29, Marcos 4:25, Lucas 8:18, Lucas 12:48 y Lucas 19:26). Esta sentencia bíblica, que aboga por la acumulación de posesiones precisamente para los que más poseen (en español lo simplificamos con la frase: "El rico se hace más rico y el pobre más pobre"), ha puesto nombre a un curioso efecto en el ámbito de la sociología, la psicología y la educación. 
En sociología el Efecto Mateo sería una perversión del "Principio de No Autoridad", es decir, la relevancia de una acción, un descubrimiento o un trabajo científico, que no debería ser valorada por la mayor o menor autoridad científica del autor,  será juzgada en función de la autoridad o estatus consolidado del mismo.
En educación el término se aplicó inicialmente a las historias de aprendizajes de los niños con desórdenes de lectura y escritura, prediciendo su fracaso como consecuencia de que al fracasar en los instrumentos fundamentales del aprendizaje se potencia su fracaso en todos los ámbitos educativos. También se da el efecto inverso: quién aprende pronto y bien a leer podrá desarrollarse completamente y aumentar progresivamente su distancia respecto a los que tuvieron dificultades.
En educación de adultos también se da este fenómeno ya que los que tienen mayor nivel de educación básica son más propensos a continuar con sus procesos de formación.
El efecto Mateo afecta a los docentes desde el punto de vista de su percepción del alumno. Aparece entonces "el efecto Pigmalión". Atendiendo a las previsiones que el maestro se crea con respecto al alumno estas influirán en el rendimiento: mejores resultados para los de expectativas positivas y peores para los de unas expectativas menores. Rosenthal y Jacobson estudian el efecto Pigmalión desde la perspectiva de la teoría de la Profecía autocumplida. Esta teoría explica por la motivación el rendimiento de los alumnos en el aula. Aparentemente parece un efecto mágico que los profesores y alumnos que se someten a instrucciones del tipo "¡Tú puedes!", "¡Lo voy a conseguir!, "¡Creemos en ti!" consigan resultados francamente  positivos; pero no lo es, lo que pasa es que los profesores los van a tratar de forma distinta de acuerdo con las expectativas creadas. Es posible que les den más y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, etc. Estos alumnos, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores.
En otros ámbitos también aparece el efecto Mateo. En literatura, por ejemplo, la mayor estimación o reconocimiento de los escritores "consagrados" nos inducen a percibir sus nuevas obras como más meritorias que las de los escritores nobeles. En el mundo del cine, las artes o la música los efectos de mayor fama y prestigio facilita su éxito inmediato, con la consiguiente acumulación de medios, financiación, publicidad, distribución...
En el ámbito cognitivo el efecto Mateo se relaciona con el "efecto Halo" al realizar una interpretación sesgada favorable de rasgos no evaluados en personas por el simple hecho de  percibir inicialmente una rasgo positivo, por ejemplo la belleza o la elegancia. Este efecto ha demostrado su influencia en los juicios con jurado popular, en tribunales de oposiciones, entrevistas de trabajo...)
En mi particular experiencia he sentido el "efecto Mateo" en numerosas ocasiones. En el marco profesional siempre me sorprendió la política de concesión de proyectos y asignación de recursos de la administración educativa: los más sustanciosos económicamente y las mejores dotaciones iban siempre destinados  a los colegios más favorecidos, muchas veces con otros proyectos ya en marcha o con más "pedigrí pedagógico". Igualmente la matriculación de los alumnos se rige por este efecto: los colegios con determinada población desfavorecida sufren deserciones masivas del alumnado más brillante que emigra a centros con mejores resultados escolares. No poco tiene que ver con esto las pruebas que realizan algunas comunidades y que editan listas con los resultados por centros. A mí me tocó estar en uno de los peor clasificados en Alcalá de Henares (pese a la calidad del profesorado) y asistimos en los años siguientes a la "fuga" de muchos alumnos de mérito.En un plano más personal me remito a mi propia experiencia con los blogs. Resulta que, cuando leo mis artículos a algún grupo de personas recibo un reconocimiento inesperado, incluso entusiasta. Me sorprenden porque en el blog no recibo apenas muestras de aliento. Mi lista de seguidores es exigua y el blog decae: "Al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará". Sin embargo visito otros blogs muy populares y el efecto Mateo hace que se multipliquen las visitas y los comentarios: "A cualquiera que tiene, se le dará más y tendrá en abundancia". Pero donde más claro se me muestra el poder y la injusticia del efecto Mateo es el plano de las relaciones sociales. Os invito a observar el comportamiento de un colectivo ante una reunión social, supongamos por ejemplo una comida. Si dejamos que se distribuya libremente el personal en torno a la mesa notaremos que los más populares, los más simpáticos y divertidos, tenderán a juntarse en la misma zona mientras que los más tímidos y reservados ocuparán sitios discretos y rellenarán (a veces con el disgusto de los vecinos) los rincones y huecos a los que les van condenando los socialmente mejor aceptados. Al finalizar el evento los individuos populares lo serán mucho más: habrán sido los reyes de la fiesta, los protagonistas de la bulla, los chistes, las risas...mientras que los más discretos y olvidados se sumergirán aún más en su grisura. Lo mismo pasa el ámbito de la comunicación. Aquellos que tienen una especial dificultad para comunicarse, por ejemplo los sordos, tendrán una tasa de participación tan baja que tenderán cada vez más al aislamiento y el silencio, mientras que los bien equipados para la comunicación oral serán cada vez más competentes en el grupo. 
Me sincero: nunca entendí está parábola donde se alienta la injusticia. Mateo... voy a tener unas palabras con tu señor.