El efecto mortadelo

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE
Viendo ayer el despliegue de medios de Telecinco para la boda de Belén Esteban, y del sábado anterior, con la boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos, quizás llegue el día, muy pronto tal vez, en que los sábados tengamos programada en la cartelera televisiva "La boda de la semana".
Lo que me sigue haciendo gracia, no lo puedo evitar, es que los colaboradores en el plató se pongan "de tiros largos", como si en cualquier momento fueran a llegar a la ceremonia o al ágape. Los lectores de mala uva le podrían llamar a ésto, el efecto Mortadelo,  ya que no debemos olvidar que ese personaje de tebeo se disfrazaba a conveniencia, según en cada momento el tema que se mencionara.
Todo eso, el vestirse ad hoc, tendría un pase, si por ejemplo durante la Semana Santa, y suponiendo, que es mucho suponer, la "cadena alegre" retransmitiera actos religiosos, mientras los colaboradores en el estudio vistieran también largas túnicas con capirote, o un látigo de espinas en la mano, mientras lucen su espalda ensangrentada... 
Sí, lo sé también, que más de uno de los seguidores de este blog, estaría deseando conexiones con alguna playa nudista, mientras en el chiringuito del estudio, a más de un colaborador por el tipo de bronceado o no, se le vislumbrara la radiografía de ... su bañador.
Y es que, por si no quedara claro, en España siempre hemos sido más de aparentar que de ser, de parecer que de sentir. Ya lo decía Dominguín, "de qué me sirve acostarme con Ava Gardner, si mis amigos no se enteran".
Por cierto,  y ya para terminar, conviene recordar, y no es broma, que los concursantes de "Supervivientes", tienen por contrato el que tienen que aparecer en el estudio al más puro estilo naufrago, como si de la isla del concurso  solo hubiera un paso hasta el plató del estudio. Lo dicho: apariencias.
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