Hoy el Xerez sigue en el fondo, pero abandonó los 100 metros de entierro para empezar a escalar rumbo a la superficie. Con Pipo, en 12 partidos jugados sacaron 18 unidades, la mitad de los puntos que disputaron; más del doble de lo que habían sacado en la primera vuelta. De estar a varios cuerpos de distancia del puesto 17º -hoy ocupado por el Málaga, el último que zafa de no descender- pasó a estar apenas a 6 puntos. Y sin contar con recursos fastuosos, sino todo lo contrario -están los argentinos Gioda, Armenteros y Alustiza-. Ya había sorprendido cuando derrotó al Mallorca, equipo en zona de Champions League, y repitió hoy al tumbar al Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón.
Quedan seis partidos para la finalización de la Liga. La misión sigue complicada, pero Pipo -en lo personal, no le tenía ni una pizca de fe- ilusiona con la posibilidad de mantener la plaza en Primera. La mala es que en el calendario, dentro de dos jornadas, se le viene el Barcelona. Aunque no corporice el milagro, su tarea en su primera experiencia europea es más que aceptable.